Por las prácticas financieras offshore como las reveladas en los Panama y Paradise Papers, las cifras de inversión global son “un enorme agujero negro”, dice Daniel Haberly, profesor de la Universidad de Sussex, especializado en geografía económica, geografía financiera, geografía humana y globalización.
“En realidad no sabemos cómo está la economía mundial. Esa es la gran pregunta para mí. Tenemos una imagen sobre el papel pero en realidad probablemente sea completamente diferente”.
Para muestra, un botón: distorsiones Anglo-holandesas
Miremos, dice Haberly, nada más que Gran Bretaña para buscar un ejemplo de la locura que son las estadísticas de inversión. El primer nombre en la lista de los principales inversores directos no sorprende: es la economía más grande del mundo: Estados Unidos. El segundo puesto, sin embargo, no es un país tan grande. Según las estadísticas del gobierno británico, los Países bajos supuestamente llevaron US$ 186.000 millones , 28% de su PBI, al Reino Unido en 2015.
Los lazos anglo-holandeses son profundos, pero ¿puede un país de apenas 17 millones de personas realmente estar invirtiendo tanto efectivo en Gran Gretaña, por sí solo?
Sencillamente no. Los Países Bajos no son solo una pequeña nación comercial europea, son además uno de los más grandes conductos por los que el efectivo circula hacia y desde los paraísos fiscales. Cuando el gobierno británico desglosó este año sus estadísticas de inversión extranjera directa (IED), advirtió que sólo 34,5% de ese dinero provenía realmente de los Países Bajos; el resto era de las subsidiarias europeas de grandes compañías estadounidenses o… de compañías británicas redirigiendo su dinero.
El gobierno descubrió también que las inversiones de Luxemburgo en Gran Bretaña eran 80% más bajas que antes. Para Jersey, una dependencia de la corona británica y también paraíso fiscal, la cifra cayó 35%. En total, alrededor de 11% de la inversión extranjera directa que entraba a Gran Bretaña originalmente provenían de… Gran Bretaña, según cálculos de la Oficina Británica de Estadísticas Nacionales (ONS, según siglas en inglés).
Y ese podría ser un cálculo bajo, porque la ONS dice que gran parte del dinero que supuestamente viene de Luxemburgo en realidad venía de compañías en Gibraltar, Panamá y las Islas Caimán, que muy probablemente podrían ser sociedades fantasma de firmas británicas. No queda claro cuánto de ese dinero fue enviado offshore para evadir impuestos, pero el economista francés Gabriel Zucman calcula que alrededor de medio billón (un billón= millón de millones) de libras esterlinas británicas termina en paraísos fiscales.
Lo mismo ocurre en todas partes
El Reino Unido está lejos de ser el único país donde los paraísos fiscales y las jurisdicciones secretas aportan una sorprendente proporción de inversión extranjera directa. Luxemburgo, un país diminuto, es técnicamente el tercer inversor en Estados Unidos, y los Países Bajos, el quinto. Eso además del hecho que Estados Unidos tiene una enorme cantidad de paraísos fiscales dentro mismo de su territorio (onshore): Delaware, Nevada y Dakota del Sur, por mencionar solo algunos.
Las cifras están todavía más distorsionadas en el caso de China, la segunda economía del mundo. Casi la mitad de su inversión extranjera técnicamente proviene de Hong Kong, que es una especie de “caja negra”, dice Haberly. Y lo más curioso, gran parte del dinero proviene aparentemente de empresas estatales chinas que están registradas en Hong Kong con subsidiarias en paraísos fiscales.
La fuga de capitales siempre fue un problema serio para Rusia. En 2014 llegó a US$ 154.000 millones. Casi siempre la realizan los súper ricos que sacan sus capitales para evadir impuestos, ponerlo fuera del alcance del gobierno o usarlo para una vida de lujo en el exterior.
La pequeña isla de Chipre, famosa por ser el lugar donde los rusos lavan su dinero, salta como el principal inversor extranjero de Rusia. Los otros cinco grandes inversores del país también son paraísos fiscales.
¿Cuáles son los datos económicos en los que podemos confiar?
Todo esto pone un gran un signo de interrogación no sólo a las redes de inversión sino a otras estadísticas financieras. “Esto es parte de una serie bastante larga de modos en que los datos económicos básicos que creemos conocer pierden totalmente su valor una vez que sabemos lo que está ocurriendo”, dice Alex Cobham, director de la Tax Justice Network, en Londres.
Los chanchullos offshore representan entre 30 y 50% de la inversión extranjera directa global, estimó Haberly en un paper compartido con Dariusz Wojcik, profesor de la Universidad de Oxford. Esto es bastante alarmante porque es muy difícil saber realmente lo que está pasando.”