No hay casi sondeo donde Obama no obtenga la presidencia el martes
Varias encuestas daban el domingo por hecho el triunfo de la fórmula Barack Obama-Joseph Biden. Pese a dudas en Florida, Ohio o Massachussets. La brecha asciende a 43% tomando votos seguros. Pero hay nueve millones de indecisos.
3 noviembre, 2008
Siempre en términos de colegio electoral, el binomio demócrata acumulaba 196 boletas seguras, 95 probables y un total de 291. Vale decir, algo más que los 270 sufragios para imponerse en esa instancia final. Las perspectivas de John McCain-Sarah Palin no son halagüeñas.
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La fórmula oficialista contabiliza 137 votos seguros, 26 probables y un total de 163. Aparte de quedar lejos de la suma necesaria para ganar el colegio electoral, se halla 79% bajo los rivales. Las ventajas porcentuales de Obama eran diez puntos (Gallup), siete (CNN), nueve (ABC/Washington Post), trece (CBS) y seis (Zogby/Reuters). p> Otro factor que obra en beneficio de la oposición es que marcha delante de los republicanos en varios distritos que se definen como claves electorales. Por lo demás, lógicamente, todo se reduce a sondeos y nada podrá excluirse cuando se reúnan los 538 miembros del colegio. </p>
<p>En sí, el anacrónico sistema electoral norteamericano es excesivamente proclive a maniobras y fraudes. Gracias a uno, en 2000, George W. Bush se quedó con Florida –gobernada por su hermano Jeb- y ganó la presidencia con menos votos que Albert Gore: una Corte Suprema prerrepublicana conhonestó la maniobra. Un juicio político hubiese sido imposible, pues el “<em>grand old party</em>” controlaba el senado. </p>
<p>En general, los expertos coinciden con el venezolano Moisés Naím: a diferencia de 2000 y 2004, en esta campaña no parece decisiva, ni mucho menos, la ultraderecha evangélica –ni la judía- con su bagaje racista. “Dios” figura relativamente poco en el discurso de John McCain. El estandarte religioso es Sarah Palin, personaje más bien ocasional. Sin duda, la recesión o las crisis hipotecaria y financiera dominaron las agendas, junto con la herencia que deja George W. Bush. Por ejemplo, el desempleo roza 6,3%, contra el 4% legado por William J. Clinton, la inflación anual ha saltado de 1,6 a 4,5%, la deuda pública de cinco a once billones o la pobreza de 11,1 a 12,7% de la población urbana. </p>