Nazareno acusó de “fascista” al Gobierno

El presidente de la Corte Suprema de Justicia afirmó que los cuestionamientos en su contra surgidos del Gobierno por su actuación en distintas causas es "una actitud sólo aceptable en un régimen fascista o marxista".

26 junio, 2003

En el descargo que presentó por escrito ante la Comisión de
Juicio Político de la Cámara baja, Nazareno atribuyó además
“cierta cuota de ignorancia” y “finalidad política” al trámite de
remoción iniciado en su contra.

De igual modo, el juez aseguró que “la pasión, la baja política
y la venganza” pesaron el proceso en su contra, y denunció -a su
entender- “numerosas irregularidades” en el trámite, las que
determinarían su “nulidad”.

En su defensa, encarada por los abogados Eduardo Aguirre
Obarrio y el constitucionalista Gregorio Badeni, Nazareno recusó a
trece integrantes de la Comisión de Juicio Político por ejercer la
profesión de abogados -adujo que deberían excusarse-, al tiempo
que apuntó contra los diputados por juzgarlo a partir de sus
decisiones en causas judiciales.

En tanto, el abogado Badeni adelantó que Nazareno analiza la
posibilidad de recurrir a la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos (CIDH) para denunciar una supuesta violación de derechos
en el marco del juicio político que se le sigue.

“Tratar de actuar con independencia, al margen de presiones del
Poder Ejecutivo y bregando por la plena vigencia del Estado de
Derecho, constituye una conducta extorsiva. ¿No es un absurdo sólo
aceptable en un régimen fascista, marxista o en un cesarismo
empírico?”, enfatizó Nazareno, en el descargo presentado en la
víspera.

En el escrito de 123 páginas, el juez sostuvo también que
“resultan preocupantes las acusaciones de algunos legisladores,
dispuestos a aceptar cualquier sugerencia del Ejecutivo”.

“¿Acaso no es el Congreso un órgano independiente?”, se
preguntó el magistrado, quien enfrenta 16 cargos efectuados por la
Comisión de Juicio Político.

También sugirió que “los detentadores de los cargos políticos
carecen de la inteligencia suficiente para encontrar soluciones
apropiadas dentro del marco de la Constitución”.

“No cabe duda de que resulta más fácil gobernar en un sistema
autocrático, donde se opera una concentración de poder, que en un
sistema democrático, donde funcionan controles internos”, afirmó.

Se preguntó además: “¿qué autoridad constitucional tienen los
legisladores para decir si un voto judicial se ajusta o no a
derecho?”.

El magistrado cuestionó de esa forma a los diputados, quienes
lo acusan por su actuación en los denominados casos “Meller” y
“Macri”.

En el descargo que presentó por escrito ante la Comisión de
Juicio Político de la Cámara baja, Nazareno atribuyó además
“cierta cuota de ignorancia” y “finalidad política” al trámite de
remoción iniciado en su contra.

De igual modo, el juez aseguró que “la pasión, la baja política
y la venganza” pesaron el proceso en su contra, y denunció -a su
entender- “numerosas irregularidades” en el trámite, las que
determinarían su “nulidad”.

En su defensa, encarada por los abogados Eduardo Aguirre
Obarrio y el constitucionalista Gregorio Badeni, Nazareno recusó a
trece integrantes de la Comisión de Juicio Político por ejercer la
profesión de abogados -adujo que deberían excusarse-, al tiempo
que apuntó contra los diputados por juzgarlo a partir de sus
decisiones en causas judiciales.

En tanto, el abogado Badeni adelantó que Nazareno analiza la
posibilidad de recurrir a la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos (CIDH) para denunciar una supuesta violación de derechos
en el marco del juicio político que se le sigue.

“Tratar de actuar con independencia, al margen de presiones del
Poder Ejecutivo y bregando por la plena vigencia del Estado de
Derecho, constituye una conducta extorsiva. ¿No es un absurdo sólo
aceptable en un régimen fascista, marxista o en un cesarismo
empírico?”, enfatizó Nazareno, en el descargo presentado en la
víspera.

En el escrito de 123 páginas, el juez sostuvo también que
“resultan preocupantes las acusaciones de algunos legisladores,
dispuestos a aceptar cualquier sugerencia del Ejecutivo”.

“¿Acaso no es el Congreso un órgano independiente?”, se
preguntó el magistrado, quien enfrenta 16 cargos efectuados por la
Comisión de Juicio Político.

También sugirió que “los detentadores de los cargos políticos
carecen de la inteligencia suficiente para encontrar soluciones
apropiadas dentro del marco de la Constitución”.

“No cabe duda de que resulta más fácil gobernar en un sistema
autocrático, donde se opera una concentración de poder, que en un
sistema democrático, donde funcionan controles internos”, afirmó.

Se preguntó además: “¿qué autoridad constitucional tienen los
legisladores para decir si un voto judicial se ajusta o no a
derecho?”.

El magistrado cuestionó de esa forma a los diputados, quienes
lo acusan por su actuación en los denominados casos “Meller” y
“Macri”.

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