Naciones Unidas: ¿un plan alimentario de US$ 900.000 millones?

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Ante potenciales hambrunas y la necesidad de doblar la producción en 30 años, la FAO fue casi unánime sobre las soluciones. Pero no respondió la pregunta del billón: ¿quiénes ponen US$ 30.000 millones anuales?

<p>Para empezar, semejante programa debiera proporcionar casi de inmediato asistencia alimentaria a varios pa&iacute;ses en situaci&oacute;n terminal. Por el contrario, los m&aacute;gicos mercados creados por la globalizaci&oacute;n se dedican a la especulaci&oacute;n m&aacute;s desenfrenada. Uno de los exportadores tradicionales, Argentina, se priva a s&iacute; misma de granos y oleaginosas por una gresca entre el gobierno y los productores.</p>
<p>El segundo paso, se&ntilde;ala en el documento final la organizaci&oacute;n de la ONU para agro y alimentos (FAO), ser&aacute; entregar semillas &ndash;normales o gen&eacute;ticamente modificadas- y fertilizantes, los dos insumos principales. Por supuesto, tambi&eacute;n es preciso eliminar restricciones a la exportaci&oacute;n. Pero no se dice nada sobre los enormes subsidios de Estados Unidos, la Uni&oacute;n Europea y Jap&oacute;n, que les quitan mercado a pa&iacute;ses m&aacute;s eficientes. La ausencia de la Organizaci&oacute;n Mundial de Comercio lo dice todo al respecto.</p>
<p>Naturalmente, es indispensable, se&ntilde;ala la FAO, ampliar y mejorar investigaciones en pos de mejorar rindes. Comentando el documento, el senegal&eacute;s Yakuba Diouf, director general casi &ldquo;ad vitam&rdquo;, lanz&oacute; una cifra, US$ 900.000 millones entre este a&ntilde;o y 2037. Apenas el doble de lo que cuesta la larga crisis hipotecaria en Occidente o las guerras en Afganist&aacute;n e Irak. &ldquo;El problema de los alimentos es pol&iacute;tico. Se trata &ndash;sostuvo Diouf- de definir prioridades frente a una grave emergencia. Por otra parte, es resorte de los gobiernos asignar recursos espec&iacute;ficos&rdquo;. Nicolas Sarkozy, George W.Bush o Silvio Berlusconi no estaban presentes.</p>
<p>Como todos supon&iacute;an, los biocombustibles fueron uno de los asuntos m&aacute;s baqueteados. Varios expositores criticaron a gobiernos (EE.UU., Brasil, Argentina) por desviar cereales a la producci&oacute;n de combustibles alternativos. El egipcio Hosni Mubarak &ndash;un presidente vitalicio- pidi&oacute; &ldquo;debatir con urgencia c&aacute;nones para preservar la alimentaci&oacute;n humanas sobre otras necesidades. Los biocombustibles deben provenir de desechos o insumos no alimentarios&rdquo;.</p>
<p>Atendiendo a su propio negocio, el brasile&ntilde;o Luiz In&aacute;cio da Silva censur&oacute; el etano norteamericano, producido a partir del ma&iacute;z, &ldquo;subsidiado por ese gobierno, que compite con el de bagazo de ca&ntilde;a&rdquo;. Edward Schafer, secretario de agricultura, eludi&oacute; la clave de esa critica (los subsidios) replicando con una falacia: &ldquo;Brasil puede optar por la ca&ntilde;a de az&uacute;car as&iacute; como nosotros lo hacemos por el ma&iacute;z&rdquo;. Este encuentro &ldquo;de emergencia&rdquo; qued&oacute; dominado por los biocombustibles de origen agr&iacute;cola y los organismos gen&eacute;ticamente modificados. Pero, como se&ntilde;alaban las organizaciones no gubernamentales presentes, &ldquo;los problemas fundamentales fueron pasado por alto&rdquo;. Entre ellos, qui&eacute;nes pagar&aacute;n aquella factura de US$ 30.000 millones; a menos que la FAO &ndash;por falta de voluntad- prefiera una salida maltusiana de corto plazo.</p>
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