La explosión que causó el derrumbe de un edificio de viviendas de ocho pisos en Moscú habría sido un atentado, posiblemente efectuado por un comando secesionista islámico que lucha contra las tropas rusas en Daguestán. Según el alcalde de la capital rusa, Yuri Luzhkov, el estallido que provocó la muerte de 40 personas -hasta ahora, puesto que se cree que las víctimas fatales llegarían a 100- y heridas a otras 145, probablemente fue causado por una bomba. El Servicio de Seguridad Interior de la Federación (FSB) consideró que se había tratado de una explosión intencional y destacó que su poderío fue equivalente al de 300 kilogramos de TNT. Por otro lado, la agencia noticiosa Interfax recibió ayer un llamado anónimo, con fuerte acento del Cáucaso, en el que un hombre aseguraba que “lo que ocurrió en Moscú y Buinaksk es nuestra respuesta a los bombardeos contra aldeas pacíficas en Chechenia y Daguestán. En caso de haber sido un atentado, sería el más brutal jamás ocurrido en Moscú y dejaría en ridículo la pretensión del Kremlin de presentar el conflicto de Daguestán como un simple problema de bandidismo.
(Clarín, Página/12)
La explosión que causó el derrumbe de un edificio de viviendas de ocho pisos en Moscú habría sido un atentado, posiblemente efectuado por un comando secesionista islámico que lucha contra las tropas rusas en Daguestán. Según el alcalde de la capital rusa, Yuri Luzhkov, el estallido que provocó la muerte de 40 personas -hasta ahora, puesto que se cree que las víctimas fatales llegarían a 100- y heridas a otras 145, probablemente fue causado por una bomba. El Servicio de Seguridad Interior de la Federación (FSB) consideró que se había tratado de una explosión intencional y destacó que su poderío fue equivalente al de 300 kilogramos de TNT. Por otro lado, la agencia noticiosa Interfax recibió ayer un llamado anónimo, con fuerte acento del Cáucaso, en el que un hombre aseguraba que “lo que ocurrió en Moscú y Buinaksk es nuestra respuesta a los bombardeos contra aldeas pacíficas en Chechenia y Daguestán. En caso de haber sido un atentado, sería el más brutal jamás ocurrido en Moscú y dejaría en ridículo la pretensión del Kremlin de presentar el conflicto de Daguestán como un simple problema de bandidismo.
(Clarín, Página/12)