<p>En realidad, existen destacamentos fijos desde 2007. Su cometido es abiertamente político: plantar en el fondo del océano circumpolar una bandera rusa. También se han iniciado cateos submarinos en pos de yacimientos económicamente rentables, con el barril de nuevo sobre US$ 75/80. Se trata de un desafío abierto a Estados Unidos, Canadá, Dinamarca (vía Groenlandia) y Noruega (vía el archipiélago de Svalbard o Spitzbergen.</p>
<p>El objeto “científico” de Moscú es diáfano: demostrar que gran parte del Ártico es prolongación de la plataforma epicontinental rusa. Vale decir, los mares de Chuckchi, Siberia oriental, Laptev y Barents esconden montañas que alcanzan el casquete polar. Así lo prueban archipiélagos como Nueva Siberia, Nicolás II, Nueva Tierra (Zyemlia) y Francisco José II.</p>
<p>No obstante, reivindicar una porción más amplia del océano Ártico implica jurisdicción sobre reservas superiores a 12.000 millones de toneladas en términos de crudos. El primer país afectado es Noruega, que se proyecta al polo vía Svalbard, islas del Oso y Jan Mayen. Dinamarca (miembro de la Unión Europea) tiene derechos residuales a través de Groenlandia, cuyo extremo –sobre el mar de Lincoln- sigue siendo el punto más cercano al polo norte. A su vez, Canadá controla el resto del enorme archipiélago ártico occidental. Finalmente, EE.UU. toca esas aguas vía Alaska, en sí un área de grandes reservas.</p>
<p>Hasta el momento, Rusia pretende una faja de 1.200.000 km2, coincidente con la cadena submarina de Lomonósov, que alcanza picos de 3.500 metros sobre el lecho marino; o sea, forman parte de las islas mencionadas. Esa cordillera roza el casquete polar entre los meridianos 0 y 180º este. En síntesis, la mitad del área encima del círculo polar ártico. Existe un inconveniente: en 2002, las Naciones Unidas rechazaron esas aspiraciones, planteadas ya por la ex Unión Soviética en 1997. En otro plano, la explotación petrolera circumpolar implica severos riesgos ecológicos, como se ha visto ya en Alaska. <br />
</p>
Moscú insiste en explotar hidrocarburos en medio Ãrtico
Con el pretexto de nuevas expediciones científicas, Rusia intenta controlar una vasta zona polar que encubre enormes reservas de crudos y gas natural. Esto crea desde hace dos años problemas con el resto de los países que rodean el área.