Miceli se fue por un lío judicial, pero queda en el Indec un escándalo mayor
Miguel Peirano, el nuevo ministro de economía, no representa cambios: él y su antecesora son incondicionales de Néstor Kirchner. Sin embargo, la reciente denuncia de un fiscal puede poner a todo el gobierno en severos aprietos.
Obviamente, la renuncia de Felisa Miceli fue exigida por Cristina Fernández Kirchner (el “de” no corre hace hace años). A ella se asocia en loc mentideros el nombre de Mario Blejer, funcionario en el banco de Inglaterra. Sigue, por tanto, como potencial ministro económico de la eventual presidente. Por supuesto, Bléjer no será tan fácil de manejar desde la presidencia como Miceli o Peirano.
Por de pronto, el gobierno tiene una bomba entre las manos. Manuel Garrido, fiscal independiente de investigaciones administras. Denunció el lunes haber verificado diversas irregularidades estadigráficas. Todas son atinentes al índice precios al consumidor (IPC) y podrían ser judiciables.
Las mediciones el Indec trasuntan “maniobras delictivas con adulteración de los índices”, denunció. Esto recalienta una polémica que ya había alcanzado los planos político y social. Según el alto funcionario, los retoques ponen de manifiesto diversas irregularidades” en los indicadores de precios minoristas que compila el instituto nacional de estadísticas y censos (Indec).
Existen “manipuleos irregulares, por lo menos desde enero pasado”, explicó Garrido. El fiscal recordó que, ante ese estado de cosas, “se reiteraron la semana pasada medidas cautelares para evitar que sigan adulterándose datos”. Por supuesto, las desprolijidades coinciden con la intervención y las interferencias por parte de altas instancias ejecutivas.
“Demostramos que estaban adulterándose los números. La investigación fue corroborada la semana pasada por el fiscal federal Carlos Stornelli. Se ven cosas que nosotros adelantábamos. Se bajan artificiosamente aumentos del IPC”, añadió Garrido. “Lo grave es que este indicador se utiliza para elaborar de otros índices, como el de pobreza”.
Durante un semestre, “se operó una alteración a través de diversas irregularidades, como excluir del cómputo precios encuestados. Ademán, se retocan programas informáticos que hacen al cálculo de promedio”, detalló el investigador. A su juicio, “algunos funcionarios aluden eufemísticamente a un cambio de metodología. No lo hay, porque es imposible. Pero si hay maniobras delictivas”.
“Muchos funcionarios del Indec colaboraron con la justicia”, reveló Garrido, sobreponiéndose “a presiones y el miedo a ser objetos de represalias. Justamente lo que ocurre en este momento, aprovechando un activismo gremial por demás estruendoso y poco útil. La cosmética estadigráfica explica, de paso, los cuatro a cinco puntos hacia arriba en las proyecciones anualizadas del IPC fuera del área metropolitana. Obviamente, a medida como se active la campaña electoral, la candidata Kirchner puede ir pidiendo cabezas, empezando por este escándalo en el Indec (que ya afecta a bonos ajustables por costo de vida).
Obviamente, la renuncia de Felisa Miceli fue exigida por Cristina Fernández Kirchner (el “de” no corre hace hace años). A ella se asocia en loc mentideros el nombre de Mario Blejer, funcionario en el banco de Inglaterra. Sigue, por tanto, como potencial ministro económico de la eventual presidente. Por supuesto, Bléjer no será tan fácil de manejar desde la presidencia como Miceli o Peirano.
Por de pronto, el gobierno tiene una bomba entre las manos. Manuel Garrido, fiscal independiente de investigaciones administras. Denunció el lunes haber verificado diversas irregularidades estadigráficas. Todas son atinentes al índice precios al consumidor (IPC) y podrían ser judiciables.
Las mediciones el Indec trasuntan “maniobras delictivas con adulteración de los índices”, denunció. Esto recalienta una polémica que ya había alcanzado los planos político y social. Según el alto funcionario, los retoques ponen de manifiesto diversas irregularidades” en los indicadores de precios minoristas que compila el instituto nacional de estadísticas y censos (Indec).
Existen “manipuleos irregulares, por lo menos desde enero pasado”, explicó Garrido. El fiscal recordó que, ante ese estado de cosas, “se reiteraron la semana pasada medidas cautelares para evitar que sigan adulterándose datos”. Por supuesto, las desprolijidades coinciden con la intervención y las interferencias por parte de altas instancias ejecutivas.
“Demostramos que estaban adulterándose los números. La investigación fue corroborada la semana pasada por el fiscal federal Carlos Stornelli. Se ven cosas que nosotros adelantábamos. Se bajan artificiosamente aumentos del IPC”, añadió Garrido. “Lo grave es que este indicador se utiliza para elaborar de otros índices, como el de pobreza”.
Durante un semestre, “se operó una alteración a través de diversas irregularidades, como excluir del cómputo precios encuestados. Ademán, se retocan programas informáticos que hacen al cálculo de promedio”, detalló el investigador. A su juicio, “algunos funcionarios aluden eufemísticamente a un cambio de metodología. No lo hay, porque es imposible. Pero si hay maniobras delictivas”.
“Muchos funcionarios del Indec colaboraron con la justicia”, reveló Garrido, sobreponiéndose “a presiones y el miedo a ser objetos de represalias. Justamente lo que ocurre en este momento, aprovechando un activismo gremial por demás estruendoso y poco útil. La cosmética estadigráfica explica, de paso, los cuatro a cinco puntos hacia arriba en las proyecciones anualizadas del IPC fuera del área metropolitana. Obviamente, a medida como se active la campaña electoral, la candidata Kirchner puede ir pidiendo cabezas, empezando por este escándalo en el Indec (que ya afecta a bonos ajustables por costo de vida).
