Merkel ¿una secesionista dentro de la Eurozona?
La canciller torna a cargar contra los europeos del sur y sus supuestas conquistas sociales, aunque España trabaje más horas que el resto. No por casualidad, la Unión Europea sueña con reinstaurar fronteras internas para mano de obra migrante.
24 mayo, 2011
<p>En efecto, Angela Merkel exige que los países con problemas de deuda soberana eleven la edad jubilatoria, recorten salarios y vacaciones. O sea, la receta aplicada a España y Estonia e intentada con Grecia y Portugal. Pero no con Bélgica, que también muestra una excesiva relación entre deuda pública y producto bruto interno.<br />
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Aprovechando una reciente asamblea de su partido de centroderecha –muy castigado en varias elecciones regionales-, censuró los “excesivos derechos sociales” de países como Italia, Irlanda o la propia España. Ahí, el partido socialista obrero (PSOE) ha sido hecho pedazos el domingo por la derecha populista (PP). Irónicamente, este partido carece de programa económico explícito, pero los mercados parecen creer que seguirá la senda suicida del PSOE.<br />
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“No es posible –sostuvo la canciller- que, en economías de la periferia europea, la gente se jubile antes que en Alemania, Holanda o Austria. Tampoco se explica que goce de más vacaciones y días no laborales”. Recordando que países como Suiza, Japón o Suecia tienen más “privilegios” que España o Italia, la postura de Merkel es algo ingenua. Tampoco es políticamente sensata, vistos sus efectos en España o Grecia.<br />
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Las coincidencias entre este discurso práctiamente monetarista y las presiones para reinstalar fronteras interiores en la Unión Europea no es casual. En el caso de Merkel, se trata de morigerar “excesivos derechos laborales” en países menos prósperos. En el de la ultraderecha (Dinamarca, Holanda, Francia, Bélgica, Finlandia, Hungría, Austria), es una reacción cerril contra dos formas de mano de obra: la musulmana y la negra o cetrina.<br />
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En el plano parlamentario, el fenómeno opta por un canal jurídico. Se cifra en suspender o atenuar el tratado de Schengen. Desde 1995, este acuerdo garante principios de libre circulación no sólo en los hoy veintisiete miembros de la Unión Europea, pues abarca Noruega, Islandia y Suiza. Sin duda, este amplio brote de xenofobia denota el miedo a no blancos y no cristianos, esto es mano de obra usualmente dedicada a los oficios peor pagados. En la otra punta del fiel, los “secesionistas” estilo Merkel buscan rebajar costos laborales en general.<br />
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