<p>En rigor, el BCE representa la Eurozona (dieciséis países, todavía), ni siquiera toda la UE (veintisiete). En cuanto al Eurogrupo, es aún más ambiguo. Teóricamente integra a los ministros financieros de la UE, pero bajo la égida de Jean-Claude Juncker -un ortodoxo que representa un paraíso fiscal, Luxemburgo- se limita al área de la moneda común.<br />
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¿Por qué Trichet dice “más de un siglo”? La comparación soslaya la licuación del marco imperial en la primera posguerra y el crac bursátil de 1929/32. Por ende, remite a un fenómeno similar, el de 1907/08. Sea como fuere, el Eurogrupo debe armonizar el megapaquete de € 750.000 millones con un nuevo pacto de Maastricht, que la comisión europea abordará el viernes.<br />
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Pero, de pronto, la canciller alemana afirma que el problema real es la brecha en el seno de la UE como génesis de la especulación masiva. No confía en la última decisión del BCE, comprar deuda soberana titulizada, pues ello perjudica a los contribuyentes en aras de los banqueros privados. Además ¿cuánto tomará la entidad? <br />
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En teoría, la semana que comienza alumbrará un programa de emergencia cifrado en fondos todavía no aprobados por todos sus eventuales aportantes. Como denunciaron en la propia comisión europea, “es preciso ordenar las cuentas públicas de los miembros endeudados (pocos no lo están) e imponer severos límites al juego con instrumentos derivativos vía Londres (la plaza más peligrosa), Wall Street y Singapur.<br />
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El objetivo de ambas reuniones es establecer una serie de salvaguardias contra bancas de inversión, fondos de cobertura y, en esencia, transacciones en alta frecuencia (TAF). Exactamente, lo que buscan las reformas financieras promovidas por Barack Obama, parcialmente torpedeadas por los senadores republicanos y varios demócratas sensibles al “lobby” banquero.<br />
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Otro punto clave es el proyecto de una “tasa Tobin” sobre TAF, efectuadas en un contexto supranacional difícil de controlar por parte de los grandes bancos centrales. Especialmente si algunos de ellos –Reserva Federal, banco de Inglaterra, Banco Nacional suizo, banco central holandés- resisten esa idea. En una comunicación a Bruselas, el propio presidente norteamericano apoya la iniciativa y la compara con “nuestros esfuerzos para contrarrestar riegos excesivos y actividades predatorias típicas de Wall Street”.<br />
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Con Grecia aún sumida en un clima de violencia social y España obligada por el BCE y la CE a adoptar medidas crudamente monetaristas, se ponen en evidencia las contradicciones de ambas instancias y el Eurogrupo. Por otra parte, nadie cree realmente que, como sostienen ciertos gurúes periféricos, se haya apaciguado en forma duradera la volatilidad de las dos semanas anteriores. Tampoco se espera mucho de los ajustes griego y español.</p>
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Merkel: el fondo pro rescate del euro no es la solución
Un día antes de reunirse el Eurogrupo, el presidente del Banco Central Europeo fue duro: es la peor crisis en más de un siglo. No aclaró si se refería a Eurozona o la Unión Europea. Angela Merkel es terminante y no confía en el megapaquete.