Por un lado el desempeño económico alemán ha dejado de ser brillante. Por el otro, Los demás líderes de la Unión Europea le reclaman que estimule la economía local, cada vez más letárgica.
El jueves, en conferencia de prensa en Berlín, Merkel anunció que su gobierno está analizando la forma de estimular la inversión en especial en el ámbito digital y el sector energético.
A ocho años de la crisis, hay cada vez más indicios de que las recetas de austeridad y reformas impuestas por los grandes acreedores – Alemania especialmente – no terminan de funcionar y que los problemas comienzan a afectar incluso a esos grandes países del club europeo.
Una Europa de acreedores y deudores
Francia e Italia pusieron de manifiesto ayer, en la cumbre de desempleo realizada en Milán, la separación entre las dos Europas, de acreedores y deudores. Matteo Renzi (Italia) y François Holande reclamaron a Berlín un viraje en la política económica del euro.
La canciller Angela Merkel recogió el guante: aseguró que Alemania ya empieza a aplicar medidas de estímulo, prometió flexibilidad “si todo el mundo asume sus responsabilidades”, y habló más de invertir que del déficit. “Necesitamos inversiones”, dijo Merkel en un mensaje teledirigido al nuevo presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, que trabaja en un plan —aún difuso— de 300.000 millones.