La salida neta de divisas a través del turismo crece año a año desde 2011 hasta llegar en 2013 al déficit de US$ 8.700 M, equivalente a dos tercios de la caída total de reservas de ese año conforme a los datos que brinda el Mercado Único y Libre de Cambios (MULC), señala Ecolatina.
La profundización del rojo del turismo de los últimos tres años respondió a dos fenómenos. Por un lado, la apreciación cambiaria abarató progresivamente los viajes de los argentinos al exterior, a la par que encareció a los extranjeros visitar nuestro país. A esto se sumaron los efectos del cepo cambiario, que enfatizaron el impacto negativo del sector sobre el mercado de cambios (especialmente el formal).
En primer lugar, las limitaciones para ahorrar en moneda extranjera transformaron al turismo en una opción legal para acceder al dólar oficial.
En segundo lugar, la brecha cambiaria incentivó a los extranjeros a liquidar sus divisas por fuera de los canales oficiales, lo cual redundó en un menor ingreso formal de divisas.
De hecho, el déficit de turismo registrado por el Balance de Pagos (que contabiliza las operaciones en base devengado) fue de US$ 3.200 en 2013, 63% menor al del MULC (que registra las operaciones efectivamente realizadas en el canal formal).
Para revertir estos resultados, el Ejecutivo elevó a fines del año pasado la alícuota de la retención asociada al consumo en el exterior.
Más allá del alza del impuesto, lo que efectivamente logró reducir la brecha entre el dólar turismo y el blue fue la estabilización la devaluación y la flexibilización del cepo en el arranque de 2014.
Más allá de la inercia con la que comenzó el año (los pasajes comprados en cuotas a fines de 2013 impulsaron viajes este año), el rojo de los indicadores de turismo internacional ha comenzado a mostrar cierta mejoría. Esto constituye una buena noticia, en vista de la tensa situación cambiaria actual: sin financiamiento externo, el gobierno tiene que cuidar al máximo las divisas comerciales en pos de proteger las reservas internacionales.
El egreso de divisas por turismo se contrajo mucho más que los ingresos
Si bien este año el déficit por turismo no desapareció, sí parece haberse moderado. En los primeros seis meses de 2014, el rojo del sector registrado por el MULC se recortó prácticamente a la mitad, ubicándose en US$ 2.540 millones, en contraste con los US$ 4.520 millones del primer semestre del año pasado.
La mejora del saldo de turismo del primer semestre respondió a que la caída de los egresos superó la contracción de los ingresos. Por caso, el gasto de los argentinos en el exterior ajustó un 40% i.a., pasando de US$ 5.420 millones en los primeros seis meses de 2013 a US$ 3.252 millones en dicho período de este año Por su parte, los ingresos en concepto de turismo se retrajeron 21% i.a. entre enero y junio, totalizando US$ 712 millones.
La fuerte reducción del gasto en turismo emisivo se debió a la devaluación de enero, que encareció los viajes al exterior de los argentinos. A ello se sumó la flexibilización del mercado cambiario, que permitió a los residentes acceder a divisas al tipo de cambio oficial que antes se obtenían únicamente viajando.
Además, la reducción de la brecha cambiaria tras la devaluación de enero hizo que el dólar tarjeta (tipo de cambio oficial más la retención del 35% a las compras) dejara de percibirse como barato. La brecha se redujo a niveles mínimos e incluso el tipo de cambio blue llegó a ubicarse por debajo del dólar tarjeta (a partir de abril y hasta mediados de mayo).
De hecho, el gasto con tarjetas en moneda extranjera se contrajo 47% i.a. en el primer semestre del año. Esta modalidad de consumo había exhibido una rápida aceleración a partir de la imposición del cepo cambiario, pese a los crecientes impuestos al gasto en el exterior. Pero la reducción de la brecha y el alza de tasas de interés, le quitó atractivo.
La conjunción de estos factores redujo los viajes de los argentinos en el exterior. Por caso, de acuerdo a la Encuesta de Turismo Internacional (ETI) del INDEC, el número de argentinos que viajó al exterior en el primer semestre del año cayó, por primera vez desde 2008, a 1.295.000 turistas (-4,9% i.a.).
Más aún, entre enero y junio la cantidad de extranjeros que ingresó al país se expandió a 1.170.000 (+1,7% i.a.). Si bien el saldo de turistas continuó siendo negativo, el rojo se redujo a prácticamente la mitad permitiendo cierta recuperación del sector: la diferencia entre las personas que salieron del país por sobre las que ingresaron fue de 123.500, contra las 210.400 de dicho período en 2013.
Por el lado de la oferta de divisas, si bien el ingreso de dólares por turismo siguió cayendo, la disminución de la brecha redujo los incentivos de los extranjeros a vender sus dólares en el mercado informal, llevándolos a recurrir a los canales convencionales en el primer semestre.
Esto permitió comenzar a revertir una tendencia que venía ganando peso: desde la imposición del cepo cambiario, cada vez más divisas provenientes del turismo receptivo se liquidaban en el mercado informal. De hecho, a finales de 2013, sólo cuatro de cada diez dólares que ingresaban al país en concepto de turismo se liquidaron en el mercado formal, cuando en 2010 (previo al cepo cambiario), el ratio era de uno a uno.
En los primeros seis meses de este año, esta relación se recuperó en cierta medida, al aumentar a casi seis de cada diez dólares liquidados en el mercado formal. Como mencionamos, esta mejora respondió a la drástica reducción de la brecha cambiaria. No obstante, la proporción de liquidación de divisas aún se encuentra por debajo de los niveles exhibidos a principios del año pasado.
Como contrapartida de los menores viajes al exterior, el turismo interno exhibió un leve repunte. En los primeros seis meses del año, la cantidad de pernoctaciones en el país aumentó 2,5% i.a., apuntalada principalmente por los no residentes (+9,2% i.a.). No obstante, es importante destacar que las pernoctaciones de residentes, que habían caído durante todo 2013, se estabilizaron (+0,9% i.a.).
Perspectivas para el resto de 2014
Aunque la devaluación de principio de año estimuló la llegada de turistas a Argentina, a la par que desincentivó la salida de argentinos, los efectos del deslizamiento cambiario han sido casi totalmente erosionados por la inflación. De hecho, si bien el tipo de cambio real multilateral se ubica actualmente en niveles superiores a los de diciembre, dos tercios de la competitividad obtenida con la devaluación ha desaparecido.
Por otro lado, las tensiones cambiarias (aliviadas momentáneamente tras la devaluación) se han reavivado, y la brecha volvió a trepar llegando a cerca del 80%. El conflicto irresuelto con los holdouts y la elevada incertidumbre existente han vuelto a traccionar la demanda de dólares, presionando el valor del paralelo a la par que el BCRA se dedicó a mantener relativamente fijo el tipo de cambio oficial.
De esta manera, los estímulos que habían obrado a favor del turismo emisivo y en contra del receptivo vuelven a emerger. Una vez más, los turistas extranjeros tienen motivos para vender sus dólares en el mercado informal, mientras que los argentinos vuelven a sentir que los viajes al exterior están “subsidiados” pese a la retención del 35%.
Es por ello que los datos de la segunda mitad del año pueden llegar a mostrar cómo la tendencia del primer semestre se frena. Por caso, la demanda de dólar turista ya comienza a acelerarse: en septiembre fue de US$ 47 millones, superando en 37% a la de agosto y casi duplicando la de julio (temporada alta de demanda de dólares por vacaciones de invierno).
Probablemente la caída del poder de compra de los argentinos atenúe el gasto en turismo emisivo, frenando la demanda. No obstante, en la medida en que la oferta no se vea impulsada con un tipo de cambio competitivo, el rojo del sector seguirá vigente: para este año, proyectamos un déficit de US$ -5.000 millones. Lo positivo es que este valor será una mejora de 43% con respecto al rojo de US$ 8.700 millones de 2013.