Mejora el salario para comprar electrodomésticos

El salario real deflactado por la compra de artefactos de hogar ha mejorado respecto a 2002, aunque todavía es inferior al de 2001. Respecto al índice general de precios, todavía están rezagados los estatales y el sector informal.

19 febrero, 2008

Una de las principales preocupaciones de todo gobierno consiste en
transformar el crecimiento de su economía en desarrollo. Para ello, la recuperación económica no debe basarse sólo en el consumo, sino en una inversión de excedentes que garantice el aumento de la productividad.

Éste es un problema actual en la Argentina, necesitada de inversiones, fundamentalmente ante un consumo creciente de los sectores medios, una de cuyas variables es el creciente consumo de electrodomésticos, como los aires acondicionados.

Entre 2006 y 2007 se dio el mayor aumento del salario real (desde la crisis de 2002) en términos de electrodomésticos. Este rasgo fue el impulsor del consumo en general. Según la consultora Abeceb.com, en esos años, el salario real deflactado por el precio de electrodomésticos aumentó más que el salario real en términos del nivel general del IPC.

En relación a 2001, el promedio en 2007 del salario real en términos de artefactos para el hogar fue 8% inferior. En 2002, era 38% menor. Estos datos surgen de comparar el salario nominal con el precio de los electrodomésticos en determinado momento. En el caso de un televisor, el salario real es mayor al de 2001; pero no en el caso de la heladera.

Según la consultora, en el promedio de 2007, se demandó 68% del salario para adquirir un aire acondicionado, 73% para una heladera y 41% para un televisor. Mientras en 2002, se precisaba casi 100% del ingreso mensual para comprar alguno de estos artefactos.
En términos generales, el Índice de Salarios que elabora el Indec, enseña que la variación del salario fue de +131,00% respecto del período base de octubre – diciembre de 2001. En el desagregado, en el sector privado registrado se verificó un incremento del 171.28; mientras que en el no registrado una suba del 95,99% y en el sector público un aumento del 86,78%.

La inflación real en este período fue de 107,5% Este es el marco para las pujas distributivas que tendrán escena en 2008. El desdibujado “pacto social” anunciado por la presidenta argentina, CristinaFernández de Kirchner, prefigura una disputa por los aumentos salariales basada en una brecha entre lo demandado por los trabajadores sindicalizados (la mayoría pide 30% de aumento) y lo que aseguran estar dispuestos a ceder los empresarios (15% como máximo). El reclamo de los trabajadores se basa en la medición de la inflación no oficial, que según los cálculos de los
técnicos desplazados del Indec, supera el 20%.

Una de las más importantes pujas se verá entre el Estado y los docentes estatales (representados en su mayoría por la CTA de Hugo Yaski). Los gremialistas aguardan una segunda oferta de aumento del salario mínimo, que el jueves pasado el gobierno fijó en $ 1.200 más el cumplimiento efectivo de los 180 días de clase del ciclo lectivo.

Ambas propuestas fueron rechazadas por los representantes de los educadores, que insistieron con el aumento del básico del 30% para llegar a 1.400 pesos y señalaron que el pedido de garantías es inconstitucional, porque cercena el derecho de huelga.

Yaski y la CTA recibió una dura reprimenda de la presidenta hace 10 días, cuando se encontraron en la Casa de Gobierno, situación que fue leída como un respaldo al poder cegetista y un desaire a las pretensiones de la central alternativa de conseguir la personería gremial tan anhelada.

Una de las principales preocupaciones de todo gobierno consiste en
transformar el crecimiento de su economía en desarrollo. Para ello, la recuperación económica no debe basarse sólo en el consumo, sino en una inversión de excedentes que garantice el aumento de la productividad.

Éste es un problema actual en la Argentina, necesitada de inversiones, fundamentalmente ante un consumo creciente de los sectores medios, una de cuyas variables es el creciente consumo de electrodomésticos, como los aires acondicionados.

Entre 2006 y 2007 se dio el mayor aumento del salario real (desde la crisis de 2002) en términos de electrodomésticos. Este rasgo fue el impulsor del consumo en general. Según la consultora Abeceb.com, en esos años, el salario real deflactado por el precio de electrodomésticos aumentó más que el salario real en términos del nivel general del IPC.

En relación a 2001, el promedio en 2007 del salario real en términos de artefactos para el hogar fue 8% inferior. En 2002, era 38% menor. Estos datos surgen de comparar el salario nominal con el precio de los electrodomésticos en determinado momento. En el caso de un televisor, el salario real es mayor al de 2001; pero no en el caso de la heladera.

Según la consultora, en el promedio de 2007, se demandó 68% del salario para adquirir un aire acondicionado, 73% para una heladera y 41% para un televisor. Mientras en 2002, se precisaba casi 100% del ingreso mensual para comprar alguno de estos artefactos.
En términos generales, el Índice de Salarios que elabora el Indec, enseña que la variación del salario fue de +131,00% respecto del período base de octubre – diciembre de 2001. En el desagregado, en el sector privado registrado se verificó un incremento del 171.28; mientras que en el no registrado una suba del 95,99% y en el sector público un aumento del 86,78%.

La inflación real en este período fue de 107,5% Este es el marco para las pujas distributivas que tendrán escena en 2008. El desdibujado “pacto social” anunciado por la presidenta argentina, CristinaFernández de Kirchner, prefigura una disputa por los aumentos salariales basada en una brecha entre lo demandado por los trabajadores sindicalizados (la mayoría pide 30% de aumento) y lo que aseguran estar dispuestos a ceder los empresarios (15% como máximo). El reclamo de los trabajadores se basa en la medición de la inflación no oficial, que según los cálculos de los
técnicos desplazados del Indec, supera el 20%.

Una de las más importantes pujas se verá entre el Estado y los docentes estatales (representados en su mayoría por la CTA de Hugo Yaski). Los gremialistas aguardan una segunda oferta de aumento del salario mínimo, que el jueves pasado el gobierno fijó en $ 1.200 más el cumplimiento efectivo de los 180 días de clase del ciclo lectivo.

Ambas propuestas fueron rechazadas por los representantes de los educadores, que insistieron con el aumento del básico del 30% para llegar a 1.400 pesos y señalaron que el pedido de garantías es inconstitucional, porque cercena el derecho de huelga.

Yaski y la CTA recibió una dura reprimenda de la presidenta hace 10 días, cuando se encontraron en la Casa de Gobierno, situación que fue leída como un respaldo al poder cegetista y un desaire a las pretensiones de la central alternativa de conseguir la personería gremial tan anhelada.

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