Medvedev, Sarkozy y Merkel en pos de una triple alianza

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Lunes de encuentros en el primer mundo. Nicolas Sarkozy –asediado por masivas demostraciones- Dimitri Medvedev y Angela Merkel, peleada con su minoría turca, se juntan en uno de los restaurante más caros de Francia. Discutirán una triple alianza.

<p>El presidente galo les expondr&aacute; un &ldquo;gran proyecto&rdquo;, seguramente para calafatear su deteriorada imagen geopol&iacute;tica: nada menos que crear un sistema paneuropeo de seguridad. Lo inspira un sue&ntilde;o entonces imposible de Charles de Gaulle (1958), &ldquo;una Europa del Atl&aacute;ntico a los Urales&rdquo;.</p>
<p>El esquema se apoyar&aacute; en &ldquo;la troika de Le Ciro&rdquo;, ironiza el Washington Post, y su fin ser&iacute;a reemplazar a la ajada Organizaci&oacute;n del Tratado Nortl&aacute;ntico (OTAN), un resabio de la guerra fr&iacute;a que, cabe recordar, de Gaulle rechaz&oacute; toda la vida. No obstante, como otrora, el esquema no se fija bien en los mapas: cualquier proyecto que involucre Rusia (o antes la Uni&oacute;n Sovi&eacute;tica) remata no en los Urales, sino en el Pac&iacute;fico.<br />
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Por otra parte, las discusiones en Deauville remiten a 2003. En aquel momento, George W.Bush se aprestaba a invadir Irak con pretextos sin fundamento, urdidos por el vicepresidente Richard Cheney y su equipo de fan&aacute;ticos. Al punto, Jacques Chirac, Gerhard Schr&ouml;der y Vlady&iacute;mir Putin &ndash;&eacute;ste todav&iacute;a hoy cerca del poder- asumieron el rechazo de la &ldquo;vieja Europa&rdquo; a la imprudente y luego fallida aventura de EE.UU., secundado por Gran Breta&ntilde;a e Israel.<br />
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Obviamente, a Washington esta comida no le hace gracia, m&aacute;xime pocas semanas antes de sus elecciones de medio mandato, otra cumbre del Grupo de los 20 y una reuni&oacute;n de la OTAN que no parece interesar a casi nadie. Salvo a los renuentes aliados que se estrellan desde 2007 con otra guerra imposible, Afganist&aacute;n-Pakist&aacute;n, resistida por la opini&oacute;n p&uacute;blica de varios pa&iacute;ses.<br />
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Fiel a un tenaz libreto b&eacute;lico, la secretaria de estado Hillary Rodham Clinton desecha la &ldquo;troika&rdquo; arguyendo que &ldquo;existe ya la OTAN&rdquo;. Pero Barack Obama sabe que el gesto de Deauville pone en claro que (a) el proyecto Sarkozy, como el de de Gaulle, excluye a EE.UU. y (b) Washington mismo se inclina hoy m&aacute;s por el Pac&iacute;fico que por el Atl&aacute;ntico. No de gusto, sino por la presencia de China que, ha puntualizado Sarkozy, &ldquo;quisiera ver desactivado el polvor&iacute;n de Kabul tanto como nosotros&rdquo;.</p>
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