Mayo: el saldo comercial se redujo en casi un 80%

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Con importaciones que crecieron más de 30 puntos porcentuales por encima de las exportaciones (+53,1% vs. 20,7% en la comparación anual), el saldo comercial se ubicó en apenas US$ 356 millones.

En igual mes del año pasado fue de US$ 1.672 millones y en el primer cuatrimestre de este año promedió US$ 708 millones, como lo explica el informe habitual de la consultora ABECEB.

En cuanto a las importaciones en valores, volvieron a acelerarse en mayo alcanzando los US$ 7.870 millones, el valor más alto de toda la serie y registrando un incremento interanual de 53,1%.

Así, en el acumulado de cinco meses del año el incremento de las importaciones trepó al 44% i.a.

En mayo, todos los rubros de importación mostraron incrementos significativos. Destaca sin dudas el aumento de Combustibles y lubricantes (+226,7% i.a.), dada la mayor necesidad de importar energía (con subas en las cantidades de 51,3% i.a y de 115,% en los precios); seguido de las subas en las importaciones de bienes de capital (+40% i.a.), explicado casi pura y exclusivamente por las cantidades (+39,1% i.a); Piezas y accesorios para bienes de capital (+36,9% i.a.); Bienes intermedios (+36% i.a.); Vehículos automotores de pasajeros (+24,8% i.a.) y Bienes de consumo (+23,3% i.a.).

En este contexto, se encuadran las declaraciones de la Vicepresidenta Cristina Fernández acerca del “festival de importaciones”. Sin embargo, al analizar minuciosamente los números no sugieren tal festival. En primer lugar, porque casi la mitad del incremento de las importaciones obedece a la escalada en los precios de importación.

Y en segundo lugar porque la elasticidad importaciones-producto está en torno a 3,3 (por cada punto que aumenta el PBI, las importaciones lo hacen en 3,3 p.p.), en línea con los valores históricos. Asimismo, en términos de volúmenes, las importaciones todavía se encuentran 5,4% debajo del promedio de 2017, y en niveles similares a los de 2011.

En cuanto las exportaciones, también continúan en un nivel muy elevado y llegaron a US$ 8.226 millones en mayo, número muy cercano al más alto de toda la serie (mayo 2013: US$ 8.393 millones), y en línea con lo evidenciado en abril de este año (US$ 8.327 millones).

Sin embargo, y a diferencia de las importaciones en las que precios y cantidades aumentaron en casi el mismo nivel, el incremento de las exportaciones de mayo (+20,7% i.a.) se explica pura y exclusivamente por el efecto de los precios (+22% i.a.), ya que los volúmenes se contrajeron 1% i.a.

En este sentido, el ejemplo más claro es Combustibles y energía, el rubro que mostró el mayor crecimiento (+33,7% i.a.) pero como consecuencia de la suba en sus precios (+82,3% i.a.), ya que las cantidades cayeron 27,3%. Por otra parte, las Manufacturas de origen agropecuario crecieron 29,4% i.a., las Manufacturas de origen industrial 17,6% i.a., y los Productos Primarios tan solo 8,6% i.a. -reduciéndose sus cantidades en un 4%-.

Con todo, el saldo comercial de mayo de US$ 356 millones, mostró una importante contracción tanto en términos anuales (-78,7%) como mensuales (-75,3%). A su vez, en lo que va del año el superávit comercial se redujo a US$ 3.186 millones, mientras que en el mismo período de 2021 fue de US$ 5.672 millones.

Perspectivas

Hacia adelante, se espera que el segundo semestre continúe mostrando un saldo comercial positivo, y el año cerraría con un superávit en torno a los US$ 10.000 millones (como consecuencia de exportaciones e importaciones que rondarían los US$ 88.200 millones y US$ 78.500 millones, respectivamente).

Sin embargo, a pesar del importante ingreso de divisas por la vía comercial, el BCRA está enfrentando serias dificultades para acumular reservas, dada la creciente demanda por turismo, la cancelación de préstamos financieros y el atesoramiento privado -además del alto nivel de importaciones-.

Por este motivo se espera que, de ser necesario, el gobierno vuelva a aumentar las restricciones a las importaciones -tal como dejaron ver Cristina Kirchner y Daniel Scioli en declaraciones recientes-, mediante la coordinación del tridente BCRA, AFIP y Ministerio de Desarrollo Productivo.

En particular, es probable que se restrinja la compra de Bienes de Consumo, no tan necesarios para el nivel de actividad y con sustitutos locales, pero que explicaron el 11% de las compras externas en lo que va de 2022 (US$ 3.600 millones).

Así, con mayores restricciones a las importaciones más los efectos rezagados del fogonazo inflacionario en el consumo, se espera un enfriamiento de la actividad económica durante el segundo semestre con un PBI que, según nuestras previsiones podría mostrar una caída en torno de 0,5%-1% en el cuarto trimestre de este año (versus igual trimestre del año previo).

 

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