<p>Los temores estanflacionarios, en efecto, ya se manifestaban al principio de 2008, debido a la crisis de malas hipotecas, la de iliquidez y el aumento de precios minoristas, a raíz de los combustibles. No obstante, un dólar barato –hasta 62,5 centavos por euro- y la demanda externa se combinaban con aquellos estímulos para generar 1,9% anual en términos de producto bruto externo.</p>
<p>Un reciente rebote del dólar (hasta € 0,685 y cierta retracción en otras economías –en particular, la Eurozona) pueden frenar exportaciones, justamente mientras los reembolsos impositivos van agotándose. Así, de cincuenta analistas sondeados por <em>Blue Chip Economic Indicators </em>casi 56& cree que se avecina una recesión este mismo año.</p>
<p>Otros expertos, en cambio, apuestan a una revisión al alza del PBI anual para este trimestre, que podría llegar a 2,4%. Pero, aun en ese caso, el cuarto trimestre tal vez no alcance siquiera 1,4%. ¿Por qué? Porque el gasto del público (dos tercios de la economía) irá cediendo al cesar los US$ 91.000 millones devueltos al sector de población más próspero.</p>
Más riesgos recesivos mientras se esfuman los estímulos en EE.UU.
Como señala el brote estanflacionario, la economía orilla una recesión. Recientes factores positivos (exportaciones, estímulos tributarios a las clases alta y media alta) se esfuman, el desempleo sube a 5,6% y cede el precio de viviendas.