Maremoto: riesgo de llegar a 150.000 muertos este fin de semana

Los muertos podrían pasar de 150.000 este fin de semana. Mientras se detectan dos sismos submarinos menos intensos, fuentes británicas aclaran que el cálculo tentativo de costos (US$ 100.000 millones en 20 años) incluye el factor humano.

30 diciembre, 2004

Por otra parte, ya se incluyen en la cuenta pérdidas de vidas por sed, inanición brotes epidémicos variados (malaria, gastroenteritis, paludismo). También existen riesgos de cólera y peste bubónica: las ratas parecen ser quienes mejor sobreviven a la catástrofe. La caída de comunicaciones –salvo telefonía móvil e Internet- y transportes agudiza una situación calificada de caótica por autoridades locales e internacionales.

En realidad, tampoco hay datos claros sobre el costo inicial de lo que se define ya como “la mayor y más larga operación de rescate en la historia”. Además de la más compleja en términos políticos sociales, máxime porque –según señalan especialistas asiáticos, africanos y europeos-, tal vez sea preciso apelar al control de la natalidad en áreas sobrepobladas.

Por supuesto, analistas del sector admiten que la escala del maremoto y sus recidivas –las vibraciones sísmicas alrededor del mundo-, a varios días del cataclismo, no permitirán estimaciones o proyecciones financieras serias hasta dentro de semanas. Los ribetes del fenómeno se patentizan en fotografías satelitales y en un leve desvío en el eje de rotación terrestre. Dicho de otro modo, el planeta se sacudió, se movió Sumatra (473.000 km2) y el oceáno devoró varias islas; más de uno recordó mitos como la Atlántida, Lemuria, Mu o el diluvio.

Al momento actual, la destrucción causada por un movimiento que llegó a costas de Somalía, Kenya y Tanzania (6.000 kilómetros al oeste del epicentro) ya supera el terremoto chileno de 1960. Su antecedente geológico más parecido es la erupción del Krakatoa (1883), en la misma región. Pero, entonces, las islas estaban mucho menos pobladas y no existían edificaciones de varios pisos, como en los centros turísticos de la Malaca tai.

“La magnitud de la catástrofe es todavía difícil de comprender y mucho más de evaluar”, señalaba Bekel Geleta, jefe de las Federación Internacional de sociedades Cruz Roja y Medialuna Roja para el sudeste asiático. Tras elevar a 30.000 y 50.000 las muertes comprobadas en Ceilán e Indonesia, se justipreciaban en alrededor de US$ 20.000 y 40.000 millones los costos iniciales de reconstrucción. Parecen cifras astronómicas, pero la ocupación de Irak –no palía, sino que ocasiona daños y víctimas- ya le ha insumido a Washington más de US$ 250.000 millones.

Ese detalle fue subrayado desde Londres por la jerarquía anglicana “Después de todo –apuntaba “Times of India”, WorldCom involucró US$ 104.000 millones”. Sin duda, los cuantiosos gastos bélicos en Levante contrastan con la escasa generosidad de estados muy ricos. Hasta hoy, Saudiarabia, Qatar, Omán, la Unión de Emiratos Árabes, Kuweit, la Unión Europea y Estados Unidos han ofrecido poco más de US$ 40 millones cada uno. Esto ha suscitado duras críticas en la ONU. La exhortación sentimental de George W.Bush a una “coalición de salvataje” sonó hueca y la UE no pasa de gestos faciales.>

Con nueve puntos sobre una escala de diez, el sismo a 8.000 metros de profundidad fue el mayor en cuarenta años. Desde su centro, próximo al extremo noroccidental de Sumatra, el maremoto (“tidal wave” o “tsunami”) se abatió sobre la costa occidental de la península de Malaca –en territorio tai-, los archipiélagos indios de Andamán y Nicobar (donde varias islas siguen sin emerger, como en Maldivas), sudeste de India, gran parte de Ceilán, sur de Myanmar, costas de Malasia, Tanzania, Kenya y Somalía.

Por otra parte, ya se incluyen en la cuenta pérdidas de vidas por sed, inanición brotes epidémicos variados (malaria, gastroenteritis, paludismo). También existen riesgos de cólera y peste bubónica: las ratas parecen ser quienes mejor sobreviven a la catástrofe. La caída de comunicaciones –salvo telefonía móvil e Internet- y transportes agudiza una situación calificada de caótica por autoridades locales e internacionales.

En realidad, tampoco hay datos claros sobre el costo inicial de lo que se define ya como “la mayor y más larga operación de rescate en la historia”. Además de la más compleja en términos políticos sociales, máxime porque –según señalan especialistas asiáticos, africanos y europeos-, tal vez sea preciso apelar al control de la natalidad en áreas sobrepobladas.

Por supuesto, analistas del sector admiten que la escala del maremoto y sus recidivas –las vibraciones sísmicas alrededor del mundo-, a varios días del cataclismo, no permitirán estimaciones o proyecciones financieras serias hasta dentro de semanas. Los ribetes del fenómeno se patentizan en fotografías satelitales y en un leve desvío en el eje de rotación terrestre. Dicho de otro modo, el planeta se sacudió, se movió Sumatra (473.000 km2) y el oceáno devoró varias islas; más de uno recordó mitos como la Atlántida, Lemuria, Mu o el diluvio.

Al momento actual, la destrucción causada por un movimiento que llegó a costas de Somalía, Kenya y Tanzania (6.000 kilómetros al oeste del epicentro) ya supera el terremoto chileno de 1960. Su antecedente geológico más parecido es la erupción del Krakatoa (1883), en la misma región. Pero, entonces, las islas estaban mucho menos pobladas y no existían edificaciones de varios pisos, como en los centros turísticos de la Malaca tai.

“La magnitud de la catástrofe es todavía difícil de comprender y mucho más de evaluar”, señalaba Bekel Geleta, jefe de las Federación Internacional de sociedades Cruz Roja y Medialuna Roja para el sudeste asiático. Tras elevar a 30.000 y 50.000 las muertes comprobadas en Ceilán e Indonesia, se justipreciaban en alrededor de US$ 20.000 y 40.000 millones los costos iniciales de reconstrucción. Parecen cifras astronómicas, pero la ocupación de Irak –no palía, sino que ocasiona daños y víctimas- ya le ha insumido a Washington más de US$ 250.000 millones.

Ese detalle fue subrayado desde Londres por la jerarquía anglicana “Después de todo –apuntaba “Times of India”, WorldCom involucró US$ 104.000 millones”. Sin duda, los cuantiosos gastos bélicos en Levante contrastan con la escasa generosidad de estados muy ricos. Hasta hoy, Saudiarabia, Qatar, Omán, la Unión de Emiratos Árabes, Kuweit, la Unión Europea y Estados Unidos han ofrecido poco más de US$ 40 millones cada uno. Esto ha suscitado duras críticas en la ONU. La exhortación sentimental de George W.Bush a una “coalición de salvataje” sonó hueca y la UE no pasa de gestos faciales.>

Con nueve puntos sobre una escala de diez, el sismo a 8.000 metros de profundidad fue el mayor en cuarenta años. Desde su centro, próximo al extremo noroccidental de Sumatra, el maremoto (“tidal wave” o “tsunami”) se abatió sobre la costa occidental de la península de Malaca –en territorio tai-, los archipiélagos indios de Andamán y Nicobar (donde varias islas siguen sin emerger, como en Maldivas), sudeste de India, gran parte de Ceilán, sur de Myanmar, costas de Malasia, Tanzania, Kenya y Somalía.

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