M.Oriente: se intensifica la ola de violencia

Tiroteos y ataques en la zona en conflicto. El año comenzó con casi una docena de muertos, mientras no hay progresos en las negociaciones para un acuerdo de paz.

2 enero, 2001

Israelíes y palestinos comenzaron el año inmersos en una ola de violencia generalizada, que dejó el fin de semana 11 muertos y decenas de heridos, y se agravó ayer con un atentado en la ciudad israelí de Netanyá, al norte de Tel Aviv.

En tanto, el asesinato del líder de los colonos judíos extremistas, Benjamin Kahane, y de su mujer, anteayer (domingo 31) por la mañana en Cisjordania, desató masivas protestas de israelíes ultraderechistas y provocó nuevos incidentes violentos contra los palestinos en Jerusalén.

La explosión de violencia llevó a los servicios secretos israelíes a advertir de posibles ataques terroristas de la extrema derecha e incluso de atentados contra el primer ministro israelí, Ehud Barak.

Desde el comienzo de la nueva intifada, a fines de septiembre último, murieron ya 327 palestinos y 43 israelíes.

Frente a este escenario de violencia, políticos israelíes manifestaron su escepticismo sobre las posibilidades de un pronto acuerdo con los palestinos.

Ayer, el presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, y el de la Autoridad Palestina, Yasser Arafat, consideraron, en una conversación telefónica, la posibilidad de reunirse en Washington, en las próximas horas.

El plan de Clinton prevé, entre otras cosas, la división de Jerusalén, con lo que los palestinos recibirían el control sobre las partes árabes de la ciudad y el Monte del Templo.

Los barrios judío y cristiano de la Ciudad Vieja, así como el Muro de los Lamentos, quedarían en manos israelíes.

Como contrapartida, sólo pocos de los millones de refugiados palestinos podrían regresar a sus antiguas viviendas en Israel.

Israelíes y palestinos comenzaron el año inmersos en una ola de violencia generalizada, que dejó el fin de semana 11 muertos y decenas de heridos, y se agravó ayer con un atentado en la ciudad israelí de Netanyá, al norte de Tel Aviv.

En tanto, el asesinato del líder de los colonos judíos extremistas, Benjamin Kahane, y de su mujer, anteayer (domingo 31) por la mañana en Cisjordania, desató masivas protestas de israelíes ultraderechistas y provocó nuevos incidentes violentos contra los palestinos en Jerusalén.

La explosión de violencia llevó a los servicios secretos israelíes a advertir de posibles ataques terroristas de la extrema derecha e incluso de atentados contra el primer ministro israelí, Ehud Barak.

Desde el comienzo de la nueva intifada, a fines de septiembre último, murieron ya 327 palestinos y 43 israelíes.

Frente a este escenario de violencia, políticos israelíes manifestaron su escepticismo sobre las posibilidades de un pronto acuerdo con los palestinos.

Ayer, el presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, y el de la Autoridad Palestina, Yasser Arafat, consideraron, en una conversación telefónica, la posibilidad de reunirse en Washington, en las próximas horas.

El plan de Clinton prevé, entre otras cosas, la división de Jerusalén, con lo que los palestinos recibirían el control sobre las partes árabes de la ciudad y el Monte del Templo.

Los barrios judío y cristiano de la Ciudad Vieja, así como el Muro de los Lamentos, quedarían en manos israelíes.

Como contrapartida, sólo pocos de los millones de refugiados palestinos podrían regresar a sus antiguas viviendas en Israel.

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