Luján recibió a una multitud

Culminó la 25ª peregrinación católica. El frío inesperado fue protagonista. Muchos pedidos de trabajo. Monseñor Bergoglio advirtió sobre los que tienen "la mirada ávida".

4 octubre, 1999

Una multitud se congregó ayer en la plaza General Belgrano, frente a la basílica de Luján, para escuchar la misa celebrada por monseñor José Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires, con la que culminó la 25ª peregrinación a Luján. Esta edición de la marcha estuvo marcada por la presencia inesperada del frío; según los fieles, no había recuerdo de temperaturas tan bajas como las de ayer. A las 8 la temperatura no llegaba a los 5 grados. La multitudinaria peregrinación a pie tuvo como lema: “Madre, regálanos tu mirada”. En la homilía, frente a la muchedumbre, mayoritariamente integrada por jóvenes, monseñor Bergoglio animó a los presentes a “no tener miedo de salir a mirar a nuestros hermanos con la mirada de la Virgen. Así iremos tejiendo con nuestros corazones esa cultura del encuentro que tanto necesita nuestra patria”. Y luego lanzó una plegaria; Bergoglio les pidió a los feligreses que no permitieran que “nada se nos interponga a la mirada de la Virgen. Que mi corazón de hijo me la sepa defender de tanto mercachifle que promete ilusiones, de los que tienen la mirada ávida y de vida fácil”. A la hora de las peticiones, la más escuchada fue “Por los sin trabajo”.
(Clarín, La Nación)

Una multitud se congregó ayer en la plaza General Belgrano, frente a la basílica de Luján, para escuchar la misa celebrada por monseñor José Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires, con la que culminó la 25ª peregrinación a Luján. Esta edición de la marcha estuvo marcada por la presencia inesperada del frío; según los fieles, no había recuerdo de temperaturas tan bajas como las de ayer. A las 8 la temperatura no llegaba a los 5 grados. La multitudinaria peregrinación a pie tuvo como lema: “Madre, regálanos tu mirada”. En la homilía, frente a la muchedumbre, mayoritariamente integrada por jóvenes, monseñor Bergoglio animó a los presentes a “no tener miedo de salir a mirar a nuestros hermanos con la mirada de la Virgen. Así iremos tejiendo con nuestros corazones esa cultura del encuentro que tanto necesita nuestra patria”. Y luego lanzó una plegaria; Bergoglio les pidió a los feligreses que no permitieran que “nada se nos interponga a la mirada de la Virgen. Que mi corazón de hijo me la sepa defender de tanto mercachifle que promete ilusiones, de los que tienen la mirada ávida y de vida fácil”. A la hora de las peticiones, la más escuchada fue “Por los sin trabajo”.
(Clarín, La Nación)

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