No sólo a realizar conciertos vino el artista mexicano Luis Miguel a la Argentina. También una visita a los tribunales, que se concretó ayer, formó parte de su agenda en Buenos Aires, para declarar en un juicio por supuesto plagio, que le inició el autor argentino Francis Smith. Ante la segura presencia de periodistas, fotógrafos y fanáticas, la Policía decidió que el popular cantante ingresara al Palacio de Tribunales por la puerta de los presos. Para despistar tanto a los curiosos como al periodismo, decidieron disponer de tres “falsos” Luis Miguel. Hasta poco después del mediodía, el mexicano declaró desde la mañana ante el juez Raúl Irigoyen para explicar los orígenes de la canción “Nada es igual”, en el marco de la causa por la cual Francis le reclama al artista el pago de dos millones de dólares. Luis Miguel le contó al magistrado que recibió esa canción en calidad de productor del disco que fue editado en 1995, deslindando su responsabilidad en el posible plagio. Pero “Luismi” admitió ante Irigoyen que al menos siete compases de la canción “Y mañana volverás”, de Smith, “son similares” a los de su tema, pero se desligó de la figura de su ex productor artístico Kiko Cibrián, seriamente comprometido en la causa y quien se encuentra prófugo. Con su testimonio, Luis Miguel complicó aún más a Cibrián. La salida del cantante se produjo en medio de un cordón policial que apenas logró contener a sus fans.
(Crónica 1ª, Página/12)
No sólo a realizar conciertos vino el artista mexicano Luis Miguel a la Argentina. También una visita a los tribunales, que se concretó ayer, formó parte de su agenda en Buenos Aires, para declarar en un juicio por supuesto plagio, que le inició el autor argentino Francis Smith. Ante la segura presencia de periodistas, fotógrafos y fanáticas, la Policía decidió que el popular cantante ingresara al Palacio de Tribunales por la puerta de los presos. Para despistar tanto a los curiosos como al periodismo, decidieron disponer de tres “falsos” Luis Miguel. Hasta poco después del mediodía, el mexicano declaró desde la mañana ante el juez Raúl Irigoyen para explicar los orígenes de la canción “Nada es igual”, en el marco de la causa por la cual Francis le reclama al artista el pago de dos millones de dólares. Luis Miguel le contó al magistrado que recibió esa canción en calidad de productor del disco que fue editado en 1995, deslindando su responsabilidad en el posible plagio. Pero “Luismi” admitió ante Irigoyen que al menos siete compases de la canción “Y mañana volverás”, de Smith, “son similares” a los de su tema, pero se desligó de la figura de su ex productor artístico Kiko Cibrián, seriamente comprometido en la causa y quien se encuentra prófugo. Con su testimonio, Luis Miguel complicó aún más a Cibrián. La salida del cantante se produjo en medio de un cordón policial que apenas logró contener a sus fans.
(Crónica 1ª, Página/12)