Lousteau abandonó el gabinete y Néstor Kirchner avanzó sobre Cristina

La renuncia se debió a un programa antinflacionario, que la presidente rechazó influida por su antecesor. Otro Fernández pasa de la AFIP a una cartera cuyo dueño real es Guillermo Moreno. El dólar tocó un pico de $ 3,23, pero cedió un poco.

25 abril, 2008

En realidad, Martín Lousteau estaba madurando la dimisión desde hace dos semanas y sólo precisaba una buena excusa. Cristina Kirchner se la sirvió en bandeja. Ahora, el grupo que considera la inflación como problema prioritario queda acaudillado por Martín Pérez Redrado, presidente del banco central.

Amparado por la estabilidad del cargo (sólo puede irse voluntariamente o por decisión senatorial), el jefe del BCRA tiene buena llegada al Fondo Monetario Internacional –Dominique Strauss-Kahn y su equipo- y la secretaría norteamericana de hacienda. Ido Lousteau, Redrado deberá rearmar (si lo dejan) las negociaciones con el club de París.

Como los otros dos de igual apellido y bigote, Carlos Fernández es operador de Nèstor K. Virtual desconocido en el exterior, afrontará las objeciones del FMI, Estados Unidos, Brasil y la Unión Europea. En esencia, no por razones personales sino porque representa una peligrosa tendencia de ambos Kirchner: no dar relevancia al creciente brote inflacionario.

Por supuesto, el fenómeno no refleja un gasto público sin control y una firme demanda –asociada a un crecimiento ecónomico que la oposición prefiere ignorar-, sino también un síndrome mundial. En cuanto a Moreno, su suerte dependerá en delante de la pelea con el campo y los precios de alimentos. Hay, sí, un factor político preocupante: el público empieza a sentirse saturado de los Kirchner y su estilo perpetuamente crispado. Pero tampoco se vislumbran, salvo en escala local (Santa Fe, Mendoza, Chubut) lideres de reemplazo.

En realidad, Martín Lousteau estaba madurando la dimisión desde hace dos semanas y sólo precisaba una buena excusa. Cristina Kirchner se la sirvió en bandeja. Ahora, el grupo que considera la inflación como problema prioritario queda acaudillado por Martín Pérez Redrado, presidente del banco central.

Amparado por la estabilidad del cargo (sólo puede irse voluntariamente o por decisión senatorial), el jefe del BCRA tiene buena llegada al Fondo Monetario Internacional –Dominique Strauss-Kahn y su equipo- y la secretaría norteamericana de hacienda. Ido Lousteau, Redrado deberá rearmar (si lo dejan) las negociaciones con el club de París.

Como los otros dos de igual apellido y bigote, Carlos Fernández es operador de Nèstor K. Virtual desconocido en el exterior, afrontará las objeciones del FMI, Estados Unidos, Brasil y la Unión Europea. En esencia, no por razones personales sino porque representa una peligrosa tendencia de ambos Kirchner: no dar relevancia al creciente brote inflacionario.

Por supuesto, el fenómeno no refleja un gasto público sin control y una firme demanda –asociada a un crecimiento ecónomico que la oposición prefiere ignorar-, sino también un síndrome mundial. En cuanto a Moreno, su suerte dependerá en delante de la pelea con el campo y los precios de alimentos. Hay, sí, un factor político preocupante: el público empieza a sentirse saturado de los Kirchner y su estilo perpetuamente crispado. Pero tampoco se vislumbran, salvo en escala local (Santa Fe, Mendoza, Chubut) lideres de reemplazo.

Compartir:
Notas Relacionadas

Suscripción Digital

Suscríbase a Mercado y reciba todos los meses la mas completa información sobre Economía, Negocios, Tecnología, Managment y más.

Suscribirse Archivo Ver todos los planes

Newsletter


Reciba todas las novedades de la Revista Mercado en su email.

Reciba todas las novedades