Cada vez es más difícil encontrar un político republicano dispuesto a defender al presidente. Primero fue el controvertido despido del director del FBIm James Comey. Trump lo despidió mientras comandaba una investigación de una posible conspiración entre la campaña de Trump y funcionarios rusos para inclinar la elección a favor de Trump.formación altamente clasificada de una fuente conectada con el Estado Islámico a diplomáticos rusos en una reciente reunión en el Salón Oval.
La última bomba la hizo estallar el martes el New York Times cuando publicó que Comey tiene guardados memorandos de sus reuniones con Trump donde tiene documentado que supuestamente el presidente le pidió que abandonase la investigación sobre Michael Flynn, el asesor de seguridad del presidente que fue separado de su cargo pocas semanas atrás.
“Esto se está alcanzando el tamaño y la escala de un Watergate y no es bueno para el país”, dijo el senador John McCain de Arizona. Otro senador, también republicano, dijo que tiene su lapidera lista para redactar una citación.
AshLee StrongLa vocera del presidente de la cámara de representantes Paul Ryan dijo que corresponde que la comisión de vigilancia de la cámara pida ese informe al diario porque debe tener toda la información.
Jason Chaffetz. Presidente de la comisión de vigilancia de la Casa de Representantes, dijo que en apariencia parece un uso extraordinario de influencia para tratar de cortar una investigación que realiza el FBI, Luego envió una carta al director interino del FBI, Andrew McCabe en la que le pide todas las comunicaciones relacionadas con las conversaciones entre Trump y Comey.