Los puntos centrales del proyecto

Síntesis de los artículos de la ley de Competitividad que ya fueron aprobados.

23 marzo, 2001

La primera parte de la ley de competitividad instaura el nuevo impuesto a las cuentas corrientes, permite el blanqueo de cuentas bancarias cerradas y baja de $ 10.000 a $1.000 el monto que no podrá pagarse en efectivo, sino a través de cheques, tarjetas u otros instrumentos financieros.

La alícuota del nuevo impuesto será de “hasta el 6 por mil” de cada depósito y extracción que se haga en las cuentas corrientes; el gravamen regirá hasta diciembre de 2002.

Antes del debate hubo un intento del oficialismo de ampliar el espectro de quienes pagarían el impuesto: se buscaba generalizarlo a depósitos y retiros de las cajas de ahorro, pero el punto habría sido descartado antes de comenzar la sesión.

En cambio, hubo dos modificaciones al proyecto del Ejecutivo que sí fueron incluidas en el texto que llegó al recinto.

Por un lado, se había dicho que no pagarían la tasa los débitos de las cuentas corrientes oficiales; se agregó la excepción a los créditos en esas cuentas.

También se añadió que estarán exceptuados los sueldos y las jubilaciones.

Según el proyecto, el Ejecutivo quedará autorizado para tomar todo o parte de este gravamen como pago a cuenta del IVA o del Impuesto a las Ganancias.

Esto quiere decir que aquellas personas que no sean responsables inscriptos en el IVA o no paguen Impuesto a las Ganancias porque sus ingresos son menores a los que fija el mínimo de la escala progresiva, no podrán descargarlo y sufrirán una incidencia mayor.

.
La ley modifica también las normas de apertura y funcionamiento de cuentas corrientes; hasta ahora estas atribuciones las ejercía el Banco Central.

A partir de la sanción de esta ley se transfiere la decisión a los bancos donde están registrados los cuentacorrentistas.

La primera parte de la ley de competitividad instaura el nuevo impuesto a las cuentas corrientes, permite el blanqueo de cuentas bancarias cerradas y baja de $ 10.000 a $1.000 el monto que no podrá pagarse en efectivo, sino a través de cheques, tarjetas u otros instrumentos financieros.

La alícuota del nuevo impuesto será de “hasta el 6 por mil” de cada depósito y extracción que se haga en las cuentas corrientes; el gravamen regirá hasta diciembre de 2002.

Antes del debate hubo un intento del oficialismo de ampliar el espectro de quienes pagarían el impuesto: se buscaba generalizarlo a depósitos y retiros de las cajas de ahorro, pero el punto habría sido descartado antes de comenzar la sesión.

En cambio, hubo dos modificaciones al proyecto del Ejecutivo que sí fueron incluidas en el texto que llegó al recinto.

Por un lado, se había dicho que no pagarían la tasa los débitos de las cuentas corrientes oficiales; se agregó la excepción a los créditos en esas cuentas.

También se añadió que estarán exceptuados los sueldos y las jubilaciones.

Según el proyecto, el Ejecutivo quedará autorizado para tomar todo o parte de este gravamen como pago a cuenta del IVA o del Impuesto a las Ganancias.

Esto quiere decir que aquellas personas que no sean responsables inscriptos en el IVA o no paguen Impuesto a las Ganancias porque sus ingresos son menores a los que fija el mínimo de la escala progresiva, no podrán descargarlo y sufrirán una incidencia mayor.

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La ley modifica también las normas de apertura y funcionamiento de cuentas corrientes; hasta ahora estas atribuciones las ejercía el Banco Central.

A partir de la sanción de esta ley se transfiere la decisión a los bancos donde están registrados los cuentacorrentistas.

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