Los pro y los contra de Cavallo

Los comentarios del líder de Acción por la República afirmando su interés en convertirse en vicepresidente generaron diversas repercusiones en el Gobierno. Sin embargo, la expectativa está puesta en los sectores económicos.

5 noviembre, 2000

El presidente Fernando de la Rúa dijo ayer (sábado 4) en Córdoba que la cuestión de si se debe elegir el reemplazante de Chacho Alvarez mediante el voto o no “es una decisión del Congreso”.

El mandatario agregó que el llamado a elecciones “no está planteado” en el Poder Ejecutivo, y que se trata de una situación que “no está resuelta tampoco por el Congreso, que es el único órgano que puede decidir”.

Mientras en la Cámara alta ya existe un proyecto impulsado por los senadores justicialistas Carlos Corach y Antonio Cafiero, quienes proponen que el Vice se elija en el 2001, junto con los senadores y diputados, en el oficialismo nadie quiere convocar a elecciones.

Con respecto a la sugerencia de Domingo Cavallo de presentarse a elecciones como candidato a la vicepresidencia, de la Rúa expresó que “es legítimo expresar esa aspiración”.

Tanto el presidente como el ministro de Economía, José Luis Machinea, dijeron públicamente que no contemplaban el ingreso de Cavallo al gobierno.

Pero al mismo tiempo le dieron un amplio espacio: se reunió con el mismo Machinea y con Raúl Alfonsín y parte del oficialismo considera que sus palabras y su apoyo son de vital importancia para dejar atrás la desconfianza en el mercado hacia la política económica oficial.

Otros creen que es el mismo Cavallo quien incentiva la inquietud de los sectores económicos con el propósito de forzar su ingreso al Gobierno.

Cavallo había propuesto anteayer llamar a elecciones a vicepresidente y dijo que si no se presentaba Carlos Alvarez, él podía hacerlo para acompañar a De la Rúa en el gobierno nacional.

El ministro del interior, Federico Storani, descartó esta posibilidad al afirmar que “la predisposición de Cavallo a colaborar es loable, pero no creo que el país deba detenerse”.

La elección de un nuevo vicepresidente podría cambiar sensiblemente el mapa político, la elección podría encumbrar a un político con una orientación diferente en la cúpula del Poder Ejecutivo.

Pese a que la Constitución no obliga a elegir un reemplazante en caso de renuncia o fallecimiento, tampoco lo prohíbe, de hecho han habido casos en los que se ha elegido un nuevo Vice, pero Carlos Menem, por ejemplo, decidió no reemplazar a Duhalde en 1991, cuando esté dejó el cargo para pelear en la provincia de Buenos Aires.

El presidente Fernando de la Rúa dijo ayer (sábado 4) en Córdoba que la cuestión de si se debe elegir el reemplazante de Chacho Alvarez mediante el voto o no “es una decisión del Congreso”.

El mandatario agregó que el llamado a elecciones “no está planteado” en el Poder Ejecutivo, y que se trata de una situación que “no está resuelta tampoco por el Congreso, que es el único órgano que puede decidir”.

Mientras en la Cámara alta ya existe un proyecto impulsado por los senadores justicialistas Carlos Corach y Antonio Cafiero, quienes proponen que el Vice se elija en el 2001, junto con los senadores y diputados, en el oficialismo nadie quiere convocar a elecciones.

Con respecto a la sugerencia de Domingo Cavallo de presentarse a elecciones como candidato a la vicepresidencia, de la Rúa expresó que “es legítimo expresar esa aspiración”.

Tanto el presidente como el ministro de Economía, José Luis Machinea, dijeron públicamente que no contemplaban el ingreso de Cavallo al gobierno.

Pero al mismo tiempo le dieron un amplio espacio: se reunió con el mismo Machinea y con Raúl Alfonsín y parte del oficialismo considera que sus palabras y su apoyo son de vital importancia para dejar atrás la desconfianza en el mercado hacia la política económica oficial.

Otros creen que es el mismo Cavallo quien incentiva la inquietud de los sectores económicos con el propósito de forzar su ingreso al Gobierno.

Cavallo había propuesto anteayer llamar a elecciones a vicepresidente y dijo que si no se presentaba Carlos Alvarez, él podía hacerlo para acompañar a De la Rúa en el gobierno nacional.

El ministro del interior, Federico Storani, descartó esta posibilidad al afirmar que “la predisposición de Cavallo a colaborar es loable, pero no creo que el país deba detenerse”.

La elección de un nuevo vicepresidente podría cambiar sensiblemente el mapa político, la elección podría encumbrar a un político con una orientación diferente en la cúpula del Poder Ejecutivo.

Pese a que la Constitución no obliga a elegir un reemplazante en caso de renuncia o fallecimiento, tampoco lo prohíbe, de hecho han habido casos en los que se ha elegido un nuevo Vice, pero Carlos Menem, por ejemplo, decidió no reemplazar a Duhalde en 1991, cuando esté dejó el cargo para pelear en la provincia de Buenos Aires.

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