Los precios del agro seguirán bajos

Un informe de la OCDE pronostica que aumentará la demanda mundial de estos productos, pero sus precios no se recuperarán en al menos dos años.

26 abril, 2000

La demanda mundial de productos agrícolas aumentará en los próximos cinco años gracias a la fase expansiva de la economía, pero los precios no se recuperarán de su reciente caída al menos durante los dos próximos años, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

En su informe anual sobre “Perspectivas agrícolas” para el periodo 2000-2005 divulgado hoy, la OCDE destaca que “la fuerte recuperación que se produce en Asia es particularmente favorable para el sector agrícola, ya que esa región era el motor del crecimiento de la demanda antes de desatarse la crisis en 1997”.

Además, considera que las crisis monetarias en Brasil y en Rusia han sido menos duras de lo que algunos analistas preveían, “lo que calma los temores engendrados por una ruptura brutal de su demanda de productos agrícolas”.

No obstante, la OCDE subraya que “el proceso de reequilibrio de los mercados tardará tiempo y parece probable que los precios sigan bajos en los dos próximos años”.
Uno de los responsables de la dirección de alimentación, agricultura y pesca de la OCDE, Loek Boonekamp, precisó en rueda de prensa que después de ese período los precios internacionales no subirán en principio tanto como bajaron en los dos últimos años.

Los cereales, las oleaginosas y la carne de cerdo cayeron 35% en dos años, según el informe.

El director de la dirección de alimentación, agricultura y pesca, Gérard Viatte, advirtió del riesgo de que las “distorsiones de los mercados” incidan negativamente sobre la recuperación prevista del sector agrícola.

Abogó por favorecer la dinámica expansiva con la reducción o supresión de los subsidios a la exportación, facilitar el acceso a los mercados y limitar las ayudas directas a los agricultores existentes en muchos países de la OCDE.

En ese sentido, la organización afirma que “las políticas mantenidas por algunos países exportadores miembros contribuyeron a bajar los precios y a frenar la recuperación que se esperaba”.

Boonekamp afirmó que “la distorsión de las políticas gubernamentales” redundó en bajadas de precios en un mercado desequilibrado.

“Estas medidas pueden aliviar temporalmente a los productores, pero amenazan con implicar costos considerables a largo plazo sobre la eficacia de los mercados agrícolas al minar la confianza de los productores”, señala el informe.

La organización de países industrializados ejemplificó esas políticas con el suplemento de US$ 8.700 millones aportados por el Gobierno estadounidense en 1999 en ayuda de los productores, principalmente de los de cereales.

También recordó que la reforma de la Política Agraria Común de la Unión Europea consensuada en Berlín en marzo de 1999 fue más tímida de lo que inicialmente pretendía la Comisión, aunque “sigue la política tendente a abandonar el apoyo directo a los precios en beneficio de los pagos directos (al agricultor) cuyo efecto de distorsión es menor”.

Para el periodo 2000-2005, la OCDE estima que si se mantiene la “debilidad del euro respecto al dólar”, la Unión Europea podría exportar trigo sin tener que recurrir a las subvenciones a partir del 2004.

El euro cayó ayer a mínimos históricos ante la divisa estadounidense a 0,91 dólares en los mercados de cambio.

Los autores del informe prevén que “la elevación de los ingresos por habitante (en los países en desarrollo) provocará a largo plazo una evolución de los hábitos alimentarios, al orientar los gustos hacia los cereales, las proteínas animales y los alimentos preparados, en detrimento de los productos alimentarios de base producidos localmente”.

Eso favorecerá el aumento de las exportaciones de los países de la OCDE, en particular las de carne.

Así, se pronostica un aumento de 98% de las exportaciones de carne de cerdo y del 48% para las de carne de ave de aquí al 2005.

Los autores del estudio señalaron que “los problemas agrícolas están cada vez más vinculados con cuestiones más generales” como las negociaciones comerciales, los problemas sanitarios o medioambientales.

Aunque no quisieron pronunciarse directamente sobre los efectos generales de la irrupción de organismos genéticamente modificados (OGM), aventuraron que las sociedades que los lanzaron “van a tratar de ampliar su campo de difusión y proponer productos que puedan beneficiar directamente a los consumidores, como alimentos con calidades nutritivas mejoradas”.

Fuente: EFE

La demanda mundial de productos agrícolas aumentará en los próximos cinco años gracias a la fase expansiva de la economía, pero los precios no se recuperarán de su reciente caída al menos durante los dos próximos años, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

En su informe anual sobre “Perspectivas agrícolas” para el periodo 2000-2005 divulgado hoy, la OCDE destaca que “la fuerte recuperación que se produce en Asia es particularmente favorable para el sector agrícola, ya que esa región era el motor del crecimiento de la demanda antes de desatarse la crisis en 1997”.

Además, considera que las crisis monetarias en Brasil y en Rusia han sido menos duras de lo que algunos analistas preveían, “lo que calma los temores engendrados por una ruptura brutal de su demanda de productos agrícolas”.

No obstante, la OCDE subraya que “el proceso de reequilibrio de los mercados tardará tiempo y parece probable que los precios sigan bajos en los dos próximos años”.
Uno de los responsables de la dirección de alimentación, agricultura y pesca de la OCDE, Loek Boonekamp, precisó en rueda de prensa que después de ese período los precios internacionales no subirán en principio tanto como bajaron en los dos últimos años.

Los cereales, las oleaginosas y la carne de cerdo cayeron 35% en dos años, según el informe.

El director de la dirección de alimentación, agricultura y pesca, Gérard Viatte, advirtió del riesgo de que las “distorsiones de los mercados” incidan negativamente sobre la recuperación prevista del sector agrícola.

Abogó por favorecer la dinámica expansiva con la reducción o supresión de los subsidios a la exportación, facilitar el acceso a los mercados y limitar las ayudas directas a los agricultores existentes en muchos países de la OCDE.

En ese sentido, la organización afirma que “las políticas mantenidas por algunos países exportadores miembros contribuyeron a bajar los precios y a frenar la recuperación que se esperaba”.

Boonekamp afirmó que “la distorsión de las políticas gubernamentales” redundó en bajadas de precios en un mercado desequilibrado.

“Estas medidas pueden aliviar temporalmente a los productores, pero amenazan con implicar costos considerables a largo plazo sobre la eficacia de los mercados agrícolas al minar la confianza de los productores”, señala el informe.

La organización de países industrializados ejemplificó esas políticas con el suplemento de US$ 8.700 millones aportados por el Gobierno estadounidense en 1999 en ayuda de los productores, principalmente de los de cereales.

También recordó que la reforma de la Política Agraria Común de la Unión Europea consensuada en Berlín en marzo de 1999 fue más tímida de lo que inicialmente pretendía la Comisión, aunque “sigue la política tendente a abandonar el apoyo directo a los precios en beneficio de los pagos directos (al agricultor) cuyo efecto de distorsión es menor”.

Para el periodo 2000-2005, la OCDE estima que si se mantiene la “debilidad del euro respecto al dólar”, la Unión Europea podría exportar trigo sin tener que recurrir a las subvenciones a partir del 2004.

El euro cayó ayer a mínimos históricos ante la divisa estadounidense a 0,91 dólares en los mercados de cambio.

Los autores del informe prevén que “la elevación de los ingresos por habitante (en los países en desarrollo) provocará a largo plazo una evolución de los hábitos alimentarios, al orientar los gustos hacia los cereales, las proteínas animales y los alimentos preparados, en detrimento de los productos alimentarios de base producidos localmente”.

Eso favorecerá el aumento de las exportaciones de los países de la OCDE, en particular las de carne.

Así, se pronostica un aumento de 98% de las exportaciones de carne de cerdo y del 48% para las de carne de ave de aquí al 2005.

Los autores del estudio señalaron que “los problemas agrícolas están cada vez más vinculados con cuestiones más generales” como las negociaciones comerciales, los problemas sanitarios o medioambientales.

Aunque no quisieron pronunciarse directamente sobre los efectos generales de la irrupción de organismos genéticamente modificados (OGM), aventuraron que las sociedades que los lanzaron “van a tratar de ampliar su campo de difusión y proponer productos que puedan beneficiar directamente a los consumidores, como alimentos con calidades nutritivas mejoradas”.

Fuente: EFE

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