El mundo se divide entre optimistas y pesimistas. Algunos países son sumamente optimistas sobre el futuro de la humanidad y otros creen que estamos prácticamente condenados. Una investigación de YouGov dio cuenta de cuáles países tienen las mejores y las peores expectativas respecto del futuro de la humanidad. La investigación, que encuestó a más de 18.000 personas, reveló que entre los 17 países estudiados China es, por mucho, el más optimista del planeta. El 41% de los internautas chinos dice que el mundo está cada vez mejor en términos generales, casi el doble que el siguiente país más optimista, Indonesia con 23%. El porcentaje de optimistas en China es cuatro veces el promedio mundial (10%). Los países más pesimistas son encabezados por Francia (81%), Hong Kong (71%), Australia (70%) y Tailandia (69%). El mundo en general está en balance, ya que la encuesta revela que el 50% de la población mundial es pesimista respecto a su propio futuro.
El informe resalta el hecho de que no parece haber relación, o una muy pequeña, entre el PBI y el optimismo. Estados Unidos es más rico que el Reino Unido (con PBI de 53 mil y 42 mil dólares respectivamente) a pesar de estar empatados en pesimismo. Por otro lado Australia posee un PBI per cápita veinte veces más grande que el segundo más optimista, que es Indonesia, pero Australia es el segundo país más pesimista de todos los relevados. La gran diferencia de China con el resto de los países podría deberse a que experimenta un crecimiento muy alto en comparación con el resto del mundo y prioriza su sistema de salud. Esta combinación facilita la realización de objetivos personales que pueden contribuir al optimismo de los asiáticos.
Parece lógico ser pesimista respecto al futuro de la humanidad, sobre todo en Francia debido a los ataques terroristas que sufrió, en particular respecto a los problemas climáticos y las amenazas que los expertos prevén para los próximos años. Pero algunos datos permiten cuestionar el pesimismo, las Naciones Unidas informaron que en 2012 la pobreza se redujo al 12,7% cuando en 1981 era cuatro veces más alta aunque aún hay 800 millones de personas que pasan hambre, según esos mismos datos. En el año 2000 34 millones más de niños tuvieron acceso al sistema educativo, en parte debido a que muchos países lograron los objetivos de desarrollo del milenio que promueve las Naciones Unidas.