Los inversores ven señales positivas

Un informe del Scotiabank Quilmes destaca el canje de deuda y la balanza comercial como los principales factores positivos del año.

15 febrero, 2001

La operación de canje de deuda que realizó el equipo económico la semana pasada y la mejora de la balanza comercial de la Argentina serían los primeros dos factores positivos que algunos inversores del exterior verían dentro del manejo de la política económica de la Argentina en lo que va de 2001.

La opinión parte del último informe preparado por el Scotiabank Quilmes; el trabajo pondera especialmente la operación de canje de deuda pública, donde «el gobierno tuvo un éxito de instrumentación», al «duplicarse las ofertas de bonos realizadas por los inversores, que alcanzaron los US$ 8.275 millones en colocaciones por US$ 4.202 millones de dólares».

Según la entidad mencionada «el éxito de la operación no sólo surge «del monto canjeado sino también de la menor percepción del riesgo argentino en el largo plazo de los inversores externos».

El segundo factor que pondera el informe de la entidad de origen canadiense, que en la Argentina opera el ex Banco Quilmes, es la «notable» mejora de la balanza comercial durante 2000, factor que siempre es seguido de cerca por los inversores extranjeros.

Según el trabajo, el año pasado se registró «un superávit comercial de US$ 1.102 millones contra el déficit de US$ 2.175 millones registrados en el ´99″; con una suba de 12,5% en exportaciones y una caída de 1,4% en importaciones, «constituyendo el mayor saldo desde 1991».
Para el Scotiabank, «el superávit de diciembre fue superior a la media estimada por el mercado debido a un mejor comportamiento de ambas variables, pero fundamentalmente de las exportaciones de la excelente performance de las manufacturas de origen industrial».

Antes del análisis del panorama local, el informe se concentra en la situación de la economía europea y de las implicancias que tendría una eventual desaceleración de la economía de Estados Unidos.

Asegura que la percepción para que esto ocurra «es más marcada que lo esperado», lo que «limita el potencial alcista del euro en el corto plazo y deja nuevamente su dirección en manos de las noticias provenientes de EE.UU.».

La operación de canje de deuda que realizó el equipo económico la semana pasada y la mejora de la balanza comercial de la Argentina serían los primeros dos factores positivos que algunos inversores del exterior verían dentro del manejo de la política económica de la Argentina en lo que va de 2001.

La opinión parte del último informe preparado por el Scotiabank Quilmes; el trabajo pondera especialmente la operación de canje de deuda pública, donde «el gobierno tuvo un éxito de instrumentación», al «duplicarse las ofertas de bonos realizadas por los inversores, que alcanzaron los US$ 8.275 millones en colocaciones por US$ 4.202 millones de dólares».

Según la entidad mencionada «el éxito de la operación no sólo surge «del monto canjeado sino también de la menor percepción del riesgo argentino en el largo plazo de los inversores externos».

El segundo factor que pondera el informe de la entidad de origen canadiense, que en la Argentina opera el ex Banco Quilmes, es la «notable» mejora de la balanza comercial durante 2000, factor que siempre es seguido de cerca por los inversores extranjeros.

Según el trabajo, el año pasado se registró «un superávit comercial de US$ 1.102 millones contra el déficit de US$ 2.175 millones registrados en el ´99″; con una suba de 12,5% en exportaciones y una caída de 1,4% en importaciones, «constituyendo el mayor saldo desde 1991».
Para el Scotiabank, «el superávit de diciembre fue superior a la media estimada por el mercado debido a un mejor comportamiento de ambas variables, pero fundamentalmente de las exportaciones de la excelente performance de las manufacturas de origen industrial».

Antes del análisis del panorama local, el informe se concentra en la situación de la economía europea y de las implicancias que tendría una eventual desaceleración de la economía de Estados Unidos.

Asegura que la percepción para que esto ocurra «es más marcada que lo esperado», lo que «limita el potencial alcista del euro en el corto plazo y deja nuevamente su dirección en manos de las noticias provenientes de EE.UU.».

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