Nuestro filósofo y físico nacional, Mario Bunge, suele decir que los indicadores son puentes entre la teoría y la realidad. Instrumentos que nos permiten ver inobservables como la desigualdad social, la inflación o el crecimiento económico. La propuesta de medir la inflación usando el índice Ugi´s fue reveladora pero también provocó algunas risas. Los precios de la reconocida pizzería Ugi´s funcionarían como un indicador de la inflación real, al comparar el precio de una unidad, una grande de muzza, contra el mismo valor año a año y éste en relación al salario mínimo vital y móvil. Así, al hacer una tabla comparativa, nos devuelve dos números interesantes. Por un lado, el aumento porcentual de la grande de muzza y por el otro la cantidad de pizzas que se pueden comprar con un sólo salario mínimo. En la década del 90, la pizza era famosa por su precio de 1,99 pesos por una completa, con promociones que llegaban a 1,79 y hasta a 1,59 pesos. Quince años después, la misma pizza se cobra 49,99, un aumento del 2500%. Uno de los aumentos más llamativos fue del 2002 y 2008, la completa pasó de dos a diez pesos, es decir, una suba de 500% en seis años.
Extraños puentes
El índice Big Mac es un índice publicado por la revista The Economist y es elaborado a partir de una investigación no científica, que permite comparar el poder adquisitivo de distintos países donde se vende la hamburguesa Big Mac de McDonald´s. La idea del indicador es comparar la paridad de poder adquisitivo, es decir, la capacidad de comprar los mismos bienes y servicios en cualquier país si usamos el dólar. Así poder relevar la sobrevaloración o subvaloración de las monedas locales o el costo de vida. Otro índice similar utiliza las barras de chocolate inglesas Mars.
La República de Latvia es un país báltico de la región norte de Europa. Vecino de Estonia y Lituania, éste país tiene la particularidad de haber legalizado la prostitución. Y a partir de esto nació el índice Latvia de prostitución, que mide básicamente el estado de la economía. Mientras más bajo, se supone que la economía está mejor porque menos mujeres eligen dedicarse a la prostitución y los precios suben. Si ésto parece un indicador sexista, entonces mejor ni mencionar el Ãndice Hemline. Inventado por el economista George Taylor en los años 20´, éste indicador intenta correlacionar el largo de las polleras y vestidos de las mujeres con la salud de la economía. Mientras más cortos mejor, por supuesto.
En el libro “Markear, el Marketing de Arcor en Accion”, el gerente de negocios de Arcor, Guillermo Storni, reveló la existencia del “índice Bon o Bon”, un indicador que muestra que el producto, mientras se mantenga en los 20 o 25 centavos de dólar en cada uno de sus mercados, tendrá volumen, accesibilidad y disponibilidad. Finalmente, otro índice peculiar es el Google. El indicador intenta relacionar las miles de millones de búsquedas con algún aspecto económico. Si la población googlea “desempleo” o “inflación” muy seguido quizás se avecinan tiempos tormentosos. De 2005 a 2009, Google predijo correctamente la caída en la actividad económica.