Es decir, uno de cada cuatro estadounidenses será de origen hispano.
En la historia estadounidense el país ha absorbido millones de inmigrantes de distintas latitudes del mundo. Pero este es un caso especial: es un grupo numeroso y creciente, que vive cerca de sus países de origen.
La proporción de población blanca disminuye de continuo. El cálculo demográfico es que para 2044, la descendencia de origen europeo será menos de la mitad de la población.
Hoy, la mayoría de los hispanos – y de los negros – tiene menores ingresos y peor educación que la población blanca. Pero cuando el resto de la población envejece, el segmento hispano abunda en jóvenes que podrán tomar muchas posiciones vacantes.
Contra lo que dice la leyenda, al menos 83% de los hispanos son residentes legales y el crecimiento poblacional se debe a nacimientos en territorio estadounidense, y no a la inmigración. El poder político comienza a ser significativo. Cada año se suma un millón más de votantes hispanos.
Se conoce como hispanización de Estados Unidos el proceso social de carácter migratorio y cultural, por el que la composición de la población estadounidense y su cultura están adquiriendo un creciente carácter hispanoamericano. A causa de la gran cantidad de hispanos en Estados Unidos el país está adaptando sus tradiciones culturales.
Los hispanos se caracterizan por provenir de una cultura influenciada por un país con idioma o cultura española. El término hispano, hace referencia principalmente a los habitantes de Hispanoamérica, España y Filipinas.
Esta influencia se ve principalmente en aspectos culturales tales como el idioma, la religión, el orden social o la cultura culinaria.
Los Estados Unidos están compuestos étnicamente por un 74,7% (224,1 millones) de blancos, 12,1% (36,3 millones) afroamericanos, mientras que los hispanos de cualquier origen suman 14,5% (43,5 millones) de la población total.