En las cercanías de Clorinda y Puerto Pilcomayo, donde en agosto pasado se sacrificaron más de 1.400 animales por el ingreso de vacunos paraguayos con aftosa, ganaderos y tamberos tratan de recuperarse cambiando de actividad: la piscicultura.
Los pequeños productores de la frontera insisten en quejarse por la suma que recibieron del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) en concepto de indemnización por la muerte de sus pequeños rodeos; también aguardan los subsidios prometidos por la cartera de Agricultura, que según afirman aún no llegaron.
El gobierno provincial construyó las tres primeras piletas, de una hectárea cada una, para criar los peces; arrojaron 12.000 ejemplares de Pacú y la primera cosecha se hará dentro de cinco o seis meses.
La iniciativa fue bien recibida en la frontera y algunos dejarían en el olvido el viejo oficio de ganaderos para convertirse en piscicultores.
El objetivo es cosechar seis toneladas por hectárea y para la Semana Santa del año próximo se estima lograr un rédito de 80%, es decir, cerca de $ 18.000 sobre la inversión de $ 10.000 que demandó la experiencia.
En las cercanías de Clorinda y Puerto Pilcomayo, donde en agosto pasado se sacrificaron más de 1.400 animales por el ingreso de vacunos paraguayos con aftosa, ganaderos y tamberos tratan de recuperarse cambiando de actividad: la piscicultura.
Los pequeños productores de la frontera insisten en quejarse por la suma que recibieron del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) en concepto de indemnización por la muerte de sus pequeños rodeos; también aguardan los subsidios prometidos por la cartera de Agricultura, que según afirman aún no llegaron.
El gobierno provincial construyó las tres primeras piletas, de una hectárea cada una, para criar los peces; arrojaron 12.000 ejemplares de Pacú y la primera cosecha se hará dentro de cinco o seis meses.
La iniciativa fue bien recibida en la frontera y algunos dejarían en el olvido el viejo oficio de ganaderos para convertirse en piscicultores.
El objetivo es cosechar seis toneladas por hectárea y para la Semana Santa del año próximo se estima lograr un rédito de 80%, es decir, cerca de $ 18.000 sobre la inversión de $ 10.000 que demandó la experiencia.