La batalla de los aranceles iniciada por Donald Trump está teniendo un gran impacto negativo en la manufactura y la inversión de capital en Estados Unidos. Así lo admitió Gary Cohn, ex asesor económico del presidente, quien renunció a su cargo en marzo de 2018.
A criterio de Cohn, la guerra comercial ha sido una excusa muy conveniente para que China desacelera su tan recalentada economía. La idea de que los aranceles resolverían los desequilibrios entre ambos países era equivocada. “Yo creo que todos pierden en una guerra comercial”, dijo. Los aranceles se proponían estimular la economía norteamericana, pero subieron el precio de insumos vitales que venían de China y eso contrarresta los efectos de la reducción de impuestos que implementó Trump.
. “Para montar una planta de manufactura hay que comprar acero, aluminio, y muchos más productos importados. Si se les aplican aranceles, se anulan las mejoras impositivas”. Entonces “no estamos creando empleos en la manufactura, algo que era una de las grandes metas expuestas en la campaña de Donald Trump”.
Estados Unidos es un país donde 80% de la actividad económica está constituida por servicios. Los servicios funcionan bien porque no están arancelados.
Cohn cree que las guerras comerciales han creado incertidumbre geopolítica, y eso hace que las empresas no inviertan. Pero principalmente cree que la guerra comercial con China está dañando más a Estados Unidos que a China.