viernes, 22 de noviembre de 2024

Lo que hará un presidente con estilo muy particular

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La incógnita es quién será realmente Donald Trump como presidente en funciones. Hay quienes opinan que una cosa es lo que dice y otra lo que hace. Puede ser, pero lo cierto es que cuando se es primer mandatario del país más importante del mundo, lo que se dice puede bastar para cambiar la realidad.

Otros analistas creen que es un pragmático y que toda su carrera de empresario demuestra que sus arrebatos y posiciones extremas son solamente una manera de fijar posiciones y comenzar con ventaja una negociación. A lo mejor es cierto. Pero no es lo mismo el estilo negociador de un magnate de la construcción que el del responsable de la primera potencia mundial que negocia con estadistas y no con colegas empresarios.

Quienes lo votaron en contra, señalan su imprevisibilidad, su falta de conocimiento y la simpleza de sus propuestas. Quienes votaron a favor reiteran que supo entender la América profunda, el resentimiento y la angustia de vastas capas de la población.

Cuando se les señala que algunas otras de sus propuestas –en especial las económicas- van en contra de quienes lo respaldaron, afirman que no las pondrá en práctica.

Los partidos políticos están a la expectativa, tanto el ahora opositor Demócrata como el oficialista Republicano. Éste cree que la mayoría partidaria en ambas cámaras servirá de contención y evitará cualquier desborde de Trump. Algunos dirigentes más inquietos, recuerdan todo lo que puede decidir un Presidente por decreto. Y es mucho.

Lo cierto es que toda la estructura de instituciones y corrientes centrales de pensamiento, construidas desde 1945 en adelante, dan señales de agotamiento y fractura. El nuevo sentimiento anti élite, populista y en muchos casos volcado a la derecha ideológica, pretende cambios abruptos.

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