<p>Normalmente, esa cifra es un secreto estricto. Ventilarlo acarreará graves consecuencias para la economía, las calificaciones crediticias estadounidenses y la posición política del país. Por eso mismo, Barack Obama –en un acto que echaría por la borda su actual cautela- espera no llegar a tal extremo, esto es revelar a quién se pagará y a quién no.<br />
<br />
Pero las horas corren y faltan apenas 120 para el martes 2, cuando venza la validez del actual techo (US$ 14,3 billones). Los principales asesores presidenciales aún no decidían cuándo el presidente divulgará esos números. Entretanto, dos subbloques republicanos ultras –Tea Party Nation, T.P.Patriots- calificaban este “plan B” como “extorsión lisa y llana”.<br />
<br />
Cerca de Timothy Geithner (Tesoro), se estima que, si los mercados se hacen más volátiles, el secreto será quebrado el fin de semana. Ahora bien, esta iniciativa también afectará a la Reserva Federal, cuyo presidente –Benjamin Bernanke- trepidará más que Obama en seguir un camino tan espinoso. El primero ya señaló que lo máximo para él será garantizar que los bancos privados tienen efectivo suficiente para continuar operando.<br />
<br />
Aferrados a la ortodoxia, expertos como Terence Beton (JPMorgan Chase) o Matthew Rutherford (ex asesor de Geithner) suponen que el gobierno reestructurará el cronograma de pagos. El objeto sería garantizar prioridad a los grandes tenedores institucionales de bonos soberanos (China, Japón y otros). Pero ello pondrá en segundo plano a los beneficiarios del seguro social. Mientras tanto, se teme que el déficit fiscal de julio supere los US$ 100.000 millones.</p>
<p> </p>
<p> </p>
Lo que faltaba: plan B secreto de EE.UU.
Por cierto, no tanto ya: lo divulgaron dos medios (Financial Times, Wall Street Journal) y varios sitios Web. El departamento del Tesoro revelará el destino de cien millones de cheques emitidos al mes, si el Congreso no sube el tope de la deuda federal.