Juan Llach, el ex ministro de Educación, presentó una propuesta más acorde a su profesión de economista: reemplazar el IVA por un impuesto al consumo.
Fue en la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, donde recibió aplausos de una platea integrada por dirigentes rurales y exportadores, que culpan al actual régimen impositivo de buena parte de sus problemas.
Llach también se permitió disentir con algunas de las recetas de José Luis Machinea; “El actual enfoque fiscalista tiene una buena parte de verdad, pero no toda y debe ser acompañado por otro enfoque que apunte a mejorar la competitividad, porque en la medida que los sectores productivos no crezcan no vamos a ganar la confianza de los inversores”, señaló.
En ese marco Llach incluyó su propuesta; para el ex funcionario, “en la economía real el IVA es distorsivo porque implica que los contribuyentes le prestan al Estado, generalmente a 0%, una suma creciente en el tiempo y muchas veces irrecuperable”.
El panorama se agrava porque existen cinco alícuotas y 37 regímenes diferentes que hacen del IVA “un impuesto muy difícil de cobrar y controlar”, agregó.
En este contexto, el economista planteó reemplazar este tributo por un impuesto que grave solamente al consumidor final, con una alícuota que podría situarse entre 12,0% y 18,7%.
Este cambio de régimen, según dijo, bien podría tener el efecto de “una devaluación moderada”, ya que produciría en lo inmediato una baja de los costos financieros y una mejora de la competitividad local.
Juan Llach, el ex ministro de Educación, presentó una propuesta más acorde a su profesión de economista: reemplazar el IVA por un impuesto al consumo.
Fue en la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, donde recibió aplausos de una platea integrada por dirigentes rurales y exportadores, que culpan al actual régimen impositivo de buena parte de sus problemas.
Llach también se permitió disentir con algunas de las recetas de José Luis Machinea; “El actual enfoque fiscalista tiene una buena parte de verdad, pero no toda y debe ser acompañado por otro enfoque que apunte a mejorar la competitividad, porque en la medida que los sectores productivos no crezcan no vamos a ganar la confianza de los inversores”, señaló.
En ese marco Llach incluyó su propuesta; para el ex funcionario, “en la economía real el IVA es distorsivo porque implica que los contribuyentes le prestan al Estado, generalmente a 0%, una suma creciente en el tiempo y muchas veces irrecuperable”.
El panorama se agrava porque existen cinco alícuotas y 37 regímenes diferentes que hacen del IVA “un impuesto muy difícil de cobrar y controlar”, agregó.
En este contexto, el economista planteó reemplazar este tributo por un impuesto que grave solamente al consumidor final, con una alícuota que podría situarse entre 12,0% y 18,7%.
Este cambio de régimen, según dijo, bien podría tener el efecto de “una devaluación moderada”, ya que produciría en lo inmediato una baja de los costos financieros y una mejora de la competitividad local.