Letonia, su bancarrota y un curioso efecto dominó
Standard & Poors degradó la deuda de Ucrania porque, un día antes, lo había hecho con la letona. Ahora tiemblan Hungría, Lituania, Estonia y Bielorrusia. Pero, además, como sucedió con Islandia, hay un dominó a dos puntas que preocupa en Londres.
26 febrero, 2009
<p>Técnicamente, desde el martes Letonia –otrora “tigresa báltica”- orilla la bancarrota. El producto bruto interno se desplomó a 10,5% de ritmo anual en el cuarto trimestre y lo hará en similar margen en enero-marzo, en tanto de desempleo alcanzaba 8,3% de la población activa el mes pasado.</p>
<p>Pero los síntomas del desastre surgieron, hace algunas semanas, en forma de una pueblada similar al levantamiento antisoviético de 1990/1. Ahora no eran jóvenes libertarios en barricadas, sino mayores de cincuenta apedreando policías mientras cundían las renuncias en el parlamento de Riga. Poco después algunos bancos occidentales, la Eurozona y el Fondo Monetarios armaban un salvamento por € 1.680 millones.</p>
<p>La decisión de S&P refleja el temor de que ese rescate no sea suficiente, máxime con Ucrania en situación parecida. Además de economías menos desarrolladas del este, la onda puede rozar Austria, Alemania –vía Polonia, República Checa, Eslovaquia- y hasta Gran Bretaña. En Letonia hay un segundo problema, en el plano social: de sus escasos tres millones de habitantes, 30% habla ruso. Esto explica que circule la idea de amalgamarse con Lituania, donde cuatro millones tienen una lengua afín y la minoría rusa no pasa de 10%.</p>
<p>Mientras tanto, el malestar al este perturba a Gordon Brown. El salvataje letón y acciones similares en Ucrania, Bielorrusia, etc., lo encuentra con las manos atadas. Mientras pierde apoyo público, el gobierno británico debe comprar activos tóxicos por US$ 725.000 millones. Pesan sobre dos bancos estatizados parcialmente, Lloyd’s y Royal Bank of Scotland.</p>
<p>La presencia estatal alcanza a 43% del paquete Lloyd’s y 70% del RBS. Ahora, cada uno necesita avales que cubran US$ 350.000 millones. Pese a este lío, Brown insiste en privatizar 30% del Royal Mail (correos reales), un recurso a lo Margaret Thatcher, o sea anacrónico. Pero hay otra crisis que castiga a la vecina Irlanda, nueva víctima del libre mercado.<br />
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