Lavagna teme una invasión de productos brasileños

El ministro de Economía fundamentó su temor en la recesión que afecta al país vecino y la reactivación que se registra en la Argentina; y sostuvo que deberían instrumentarse mecanismos de compensación.

12 junio, 2003

Lavagna hizo notar que “Brasil tiene una caída de su producción
industrial del 4 por ciento”, lo cual “significa capacidad ociosa,
en un momento en que Argentina crece el 5 por ciento”.

Y explicó que “el riesgo es que nos tiren con una invasión de
exportaciones. Por eso decimos que no pueden ser iguales las
reglas cuando los dos países estamos en expansión o recesión”.

Además, consideró que “está claro que las divergencias en el largo
plazo se arreglan con la coordinación macroeconómica. Pero eso
lleva tiempo y hay otras cosas que se pueden hacer para poder
avanzar”.

De todos modos, Lavagna negó que haya divergencias entre los
dos países, sino que “tenemos una situación convergente, le diría
que infinitamente mayor en relación a la época de la
convertibilidad”.

“Hay dos gobiernos nuevos -remarcó-, con una cierta afinidad en
la forma de ver los problemas, pero hay siempre algunos
inconvenientes. La herramienta fundamental que está haciendo falta
es lo que yo llamaría el instrumento de ajuste a divergencias en
el ciclo económico”.

Al respecto, Lavagna puntualizó que “hasta que logremos tener
un ciclo convergente de nuestras economías, como lo tienen en la
Unión Europea después de 30 años de trabajo, necesitamos tener
mecanismos de ajuste para las divergencias”.

Y aseguró luego que Brasil está dispuesto a conversar sobre esta
cuestión, si bien “hasta ahora sólo hablábamos de los problemas de
la macroeconomía como si resolviera los problemas de corto plazo.
Pero eso es para el largo plazo, y se habló de cuestiones
monetarias que también son para el largo plazo”.

El ministro dijo que “llegó la hora de que tratemos las
cuestiones de corto plazo. Mientras tanto, hacemos el resto de las
cosas. Esto no significa ni bandas cambiarias ni arancel móvil
intramercosur”.

Y destacó que durante esta reunión cumbre de los mandatarios de
Argentina y Brasil se habló por primera vez “de este ajuste en el
corto plazo”.

Lavagna consideró que “todavía en el Mercosur hay un nivel
excesivo de discurso”, ya que “mientras en Argentina hubo
convertibilidad, hasta fin de 2001, todo lo que se dijera valía
muy poco. Termina la convertibilidad, y Argentina pasa por una
crisis profundísima”.

Y agregó que “cuando se despeja viene el gobierno nuevo de Lula y
luego el gobierno nuevo de Kirchner. Ahora hay una oportunidad,
porque tenemos cuatro años por delante”.

El titular del Palacio de Hacienda negó luego que la economía argentina haya llegado a una meseta de crecimiento, si bien admitió que “hay algún sector de Argentina que puede tener esa posición”.

En este sentido, dijo que “el economista Ricardo Arriazu, de
quien nadie puede dudar, dijo que la tasa de crecimiento del
primer trimestre, si se anualizara, es del 11 por ciento”, y que
nosotros hablamos de 8,5 por ciento, pero hemos fijado para todo
el año una cifra del 4,5 por ciento de crecimiento”.

Posteriormente Lavagna aseguró que “nosotros no somos China para andar creciendo 11 por ciento todos los trimestres. En el año, el
crecimiento nuestro será de entre 4,5 y 5 por ciento, lo que es
mucho”.

Y reconoció que “eso es desaceleración de la tasa de crecimiento.
Pero quede bien claro que la producción, en términos absolutos, y
el empleo, siguen creciendo. Esto es lo que la gente debe
entender”.

Lavagna hizo notar que “Brasil tiene una caída de su producción
industrial del 4 por ciento”, lo cual “significa capacidad ociosa,
en un momento en que Argentina crece el 5 por ciento”.

Y explicó que “el riesgo es que nos tiren con una invasión de
exportaciones. Por eso decimos que no pueden ser iguales las
reglas cuando los dos países estamos en expansión o recesión”.

Además, consideró que “está claro que las divergencias en el largo
plazo se arreglan con la coordinación macroeconómica. Pero eso
lleva tiempo y hay otras cosas que se pueden hacer para poder
avanzar”.

De todos modos, Lavagna negó que haya divergencias entre los
dos países, sino que “tenemos una situación convergente, le diría
que infinitamente mayor en relación a la época de la
convertibilidad”.

“Hay dos gobiernos nuevos -remarcó-, con una cierta afinidad en
la forma de ver los problemas, pero hay siempre algunos
inconvenientes. La herramienta fundamental que está haciendo falta
es lo que yo llamaría el instrumento de ajuste a divergencias en
el ciclo económico”.

Al respecto, Lavagna puntualizó que “hasta que logremos tener
un ciclo convergente de nuestras economías, como lo tienen en la
Unión Europea después de 30 años de trabajo, necesitamos tener
mecanismos de ajuste para las divergencias”.

Y aseguró luego que Brasil está dispuesto a conversar sobre esta
cuestión, si bien “hasta ahora sólo hablábamos de los problemas de
la macroeconomía como si resolviera los problemas de corto plazo.
Pero eso es para el largo plazo, y se habló de cuestiones
monetarias que también son para el largo plazo”.

El ministro dijo que “llegó la hora de que tratemos las
cuestiones de corto plazo. Mientras tanto, hacemos el resto de las
cosas. Esto no significa ni bandas cambiarias ni arancel móvil
intramercosur”.

Y destacó que durante esta reunión cumbre de los mandatarios de
Argentina y Brasil se habló por primera vez “de este ajuste en el
corto plazo”.

Lavagna consideró que “todavía en el Mercosur hay un nivel
excesivo de discurso”, ya que “mientras en Argentina hubo
convertibilidad, hasta fin de 2001, todo lo que se dijera valía
muy poco. Termina la convertibilidad, y Argentina pasa por una
crisis profundísima”.

Y agregó que “cuando se despeja viene el gobierno nuevo de Lula y
luego el gobierno nuevo de Kirchner. Ahora hay una oportunidad,
porque tenemos cuatro años por delante”.

El titular del Palacio de Hacienda negó luego que la economía argentina haya llegado a una meseta de crecimiento, si bien admitió que “hay algún sector de Argentina que puede tener esa posición”.

En este sentido, dijo que “el economista Ricardo Arriazu, de
quien nadie puede dudar, dijo que la tasa de crecimiento del
primer trimestre, si se anualizara, es del 11 por ciento”, y que
nosotros hablamos de 8,5 por ciento, pero hemos fijado para todo
el año una cifra del 4,5 por ciento de crecimiento”.

Posteriormente Lavagna aseguró que “nosotros no somos China para andar creciendo 11 por ciento todos los trimestres. En el año, el
crecimiento nuestro será de entre 4,5 y 5 por ciento, lo que es
mucho”.

Y reconoció que “eso es desaceleración de la tasa de crecimiento.
Pero quede bien claro que la producción, en términos absolutos, y
el empleo, siguen creciendo. Esto es lo que la gente debe
entender”.

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