Lavagna anticipó beneficios impositivos

El ministro admitió que existen dificultades que impiden el acuerdo inmediato con el FMI, y anunció una posible rebaja de 2 puntos en el IVA para noviembre y diciembre y el aumento del 5 al 8% en el descuento que se aplica para las compras con débito.

30 octubre, 2002

El ministro admitió que existen varias dificultades que impiden el acuerdo inmediato con el FMI, como la situación política imperante en el país, el ajuste de tarifas, la continuidad del drenaje de fondos en el sistema financiero por amparos judiciales y porque el organismo no está de acuerdo con la pauta fiscal del Gobierno.
Ante el nuevo reclamo del Fondo por los ámparos judiciales, el
Gobierno realizó una presentación en la Corte Suprema de Justicia
para que detenga, a través de un “per saltum”, los amparos judiciales.

En tanto, al pedido de una mayor austeridad fiscal, el ministro
respondió con anuncios que van en sentido contrario, como la rebaja de 2 puntos en el IVA para noviembre y diciembre y el aumento del 5 al 8 por ciento en el descuento que se aplica para las compras realizadas con tarjeta de débito.

Horas antes de emprender su viaje a Washington para sumarse a las negociaciones que allí encaró el secretario de Finanzas, Guillermo Nielsen, el ministro aclaró que su presencia en la capital norteamericana “no es para cerrar el acuerdo”.

Reconoció, en ese sentido, que se “avanza dificultosamente” en las tratativas y dijo que “no será firmado nada que el país no pueda cumplir”.

En conferencia de prensa, el titular del palacio de Hacienda anunció que la Argentina “tiene una larga tradición de cumplir sus
obligaciones”. Remarcó que “sin crecimiento no hay solución para nadie”, en alusión al posible reclamo de medidas recesivas, como subas impositivas para cerrar el bache fiscal. “No creemos útil acordar si no estamos seguros de que podemos cumplir o si se deben asumir compromisos que son social y politicamente inaceptables o económicamente inadecuados para la realidad nacional”, agregó.
El ministro reconoció que la negociación con el FMI “avanza dificultosamente y hay temas que son de compleja solución técnica
y otros que han aparecido que no están bajo control”.

Reconoció que “no estamos en condiciones de cerrar y mucho
menos de anunciar un acuerdo en los próximos horas”, con lo que
minimizó la posibilidad de un posible entendimiento con el FMI
durante las próximas jornadas.

Aclaró que la rebaja de dos puntos del IVA se aplicará
posiblemente a partir del 15 de noviembre y se extenderá hasta
diciembre. Puntualizó que en enero se decidirá si se vuelve al 21 por ciento actual del IVA o si se reemplaza por el beneficio del 8 por ciento en las compras realizadas con tarjetas de débito.
“Estas medidas se toman para dar un impulso adicional a la recuperación de la economía”, aseguró el ministro, quien destacó
que, al margen de que si haya o no acuerdo, “el Gobierno seguirá
tomando las decisiones que crea más apropiadas en política
económica”.

Aclaró que “no vamos a matar el principio de reactivación de la
economía con un aumento de impuestos”, como exige ese organismo.
Aseguró también que la Argentina “no solicitará nuevos fondos
frescos” y enfatizó que “hay que terminar con la política de
nuevos endeudamiento”.

“El país debe seguir moviéndose dentro de los límites de nuestra propia capacidad”, subrayó Lavagna, y dijo que “no se puede seguir endeudándose para cubrir desajustes tanto del sector público como del privado”. Al ser consultado sobre qué pasará si la Argentina no llega a un acuerdo con el FMI antes del 9 de noviembre próximo, cuando vencen nuevos compromisos de pago con los organismos de crédito, se limitó a responder: “cuando llegue el momento se verá”.
Con respecto a las tarifas, reiteró que del aumento serán exceptuados los sectores de menores recursos y que el aumento “se
va a definir en las audiencias públicas”. Lavagna destacó que “las empresas de servicios públicos tienen cubierto actualmente sus costos operativos”.
Aclaró que “las tarifas no deben cubrir el endeudamiento de las propias compañías” que compraron las empresas del Estado en la
Argentina. Insistió en afirmar que el endeudamiento de las empresas “no tiene que ser cargado a las tarifas y al público, porque si no los usuarios argentinos terminarán pagando la compra de las empresas”. “En estos momentos, no es necesario ni positivo para los consumidores o las empresas un umento demasiado fuerte”, dijo el jefe de Economía.

El ministro admitió que existen varias dificultades que impiden el acuerdo inmediato con el FMI, como la situación política imperante en el país, el ajuste de tarifas, la continuidad del drenaje de fondos en el sistema financiero por amparos judiciales y porque el organismo no está de acuerdo con la pauta fiscal del Gobierno.
Ante el nuevo reclamo del Fondo por los ámparos judiciales, el
Gobierno realizó una presentación en la Corte Suprema de Justicia
para que detenga, a través de un “per saltum”, los amparos judiciales.

En tanto, al pedido de una mayor austeridad fiscal, el ministro
respondió con anuncios que van en sentido contrario, como la rebaja de 2 puntos en el IVA para noviembre y diciembre y el aumento del 5 al 8 por ciento en el descuento que se aplica para las compras realizadas con tarjeta de débito.

Horas antes de emprender su viaje a Washington para sumarse a las negociaciones que allí encaró el secretario de Finanzas, Guillermo Nielsen, el ministro aclaró que su presencia en la capital norteamericana “no es para cerrar el acuerdo”.

Reconoció, en ese sentido, que se “avanza dificultosamente” en las tratativas y dijo que “no será firmado nada que el país no pueda cumplir”.

En conferencia de prensa, el titular del palacio de Hacienda anunció que la Argentina “tiene una larga tradición de cumplir sus
obligaciones”. Remarcó que “sin crecimiento no hay solución para nadie”, en alusión al posible reclamo de medidas recesivas, como subas impositivas para cerrar el bache fiscal. “No creemos útil acordar si no estamos seguros de que podemos cumplir o si se deben asumir compromisos que son social y politicamente inaceptables o económicamente inadecuados para la realidad nacional”, agregó.
El ministro reconoció que la negociación con el FMI “avanza dificultosamente y hay temas que son de compleja solución técnica
y otros que han aparecido que no están bajo control”.

Reconoció que “no estamos en condiciones de cerrar y mucho
menos de anunciar un acuerdo en los próximos horas”, con lo que
minimizó la posibilidad de un posible entendimiento con el FMI
durante las próximas jornadas.

Aclaró que la rebaja de dos puntos del IVA se aplicará
posiblemente a partir del 15 de noviembre y se extenderá hasta
diciembre. Puntualizó que en enero se decidirá si se vuelve al 21 por ciento actual del IVA o si se reemplaza por el beneficio del 8 por ciento en las compras realizadas con tarjetas de débito.
“Estas medidas se toman para dar un impulso adicional a la recuperación de la economía”, aseguró el ministro, quien destacó
que, al margen de que si haya o no acuerdo, “el Gobierno seguirá
tomando las decisiones que crea más apropiadas en política
económica”.

Aclaró que “no vamos a matar el principio de reactivación de la
economía con un aumento de impuestos”, como exige ese organismo.
Aseguró también que la Argentina “no solicitará nuevos fondos
frescos” y enfatizó que “hay que terminar con la política de
nuevos endeudamiento”.

“El país debe seguir moviéndose dentro de los límites de nuestra propia capacidad”, subrayó Lavagna, y dijo que “no se puede seguir endeudándose para cubrir desajustes tanto del sector público como del privado”. Al ser consultado sobre qué pasará si la Argentina no llega a un acuerdo con el FMI antes del 9 de noviembre próximo, cuando vencen nuevos compromisos de pago con los organismos de crédito, se limitó a responder: “cuando llegue el momento se verá”.
Con respecto a las tarifas, reiteró que del aumento serán exceptuados los sectores de menores recursos y que el aumento “se
va a definir en las audiencias públicas”. Lavagna destacó que “las empresas de servicios públicos tienen cubierto actualmente sus costos operativos”.
Aclaró que “las tarifas no deben cubrir el endeudamiento de las propias compañías” que compraron las empresas del Estado en la
Argentina. Insistió en afirmar que el endeudamiento de las empresas “no tiene que ser cargado a las tarifas y al público, porque si no los usuarios argentinos terminarán pagando la compra de las empresas”. “En estos momentos, no es necesario ni positivo para los consumidores o las empresas un umento demasiado fuerte”, dijo el jefe de Economía.

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