viernes, 5 de diciembre de 2025

Las importaciones desde Brasil suben un 70%

El déficit comercial con el principal socio del Mercosur se profundiza y expone las tensiones cambiarias

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El intercambio comercial entre Argentina y Brasil alcanzó en junio de 2025 los US$ 2.718 millones, lo que representa un incremento interanual del 38,8%, según el último informe de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC). El dato más significativo del mes es el aumento del 70,8% en las importaciones provenientes de Brasil, que totalizaron US$ 1.619 millones.

Este salto en las compras externas supera ampliamente al crecimiento de las exportaciones argentinas hacia ese destino, que registraron un alza interanual del 8,9%, alcanzando los US$ 1.099 millones. Como resultado, el saldo comercial bilateral fue nuevamente deficitario para la Argentina: en junio el rojo ascendió a US$ 520 millones, y en el acumulado del primer semestre, a US$ 2.970 millones. En igual período de 2024, la balanza había sido superavitaria en US$ 204 millones.

El repunte de las importaciones estuvo impulsado principalmente por vehículos automotores de pasajeros, unidades destinadas al transporte de mercancías, motores de pistón, y autopartes. También se observó una fuerte demanda de maquinaria de uso industrial y componentes para la industria automotriz. Este fenómeno no sólo revela una reactivación de la demanda local, sino que también plantea interrogantes sobre la competitividad de la industria argentina en un contexto de tipo de cambio multilateral atrasado.

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Desalineación cambiaria y presión sobre la balanza

El sostenido aumento de las importaciones desde Brasil, aún en un contexto macroeconómico contractivo, sugiere que el tipo de cambio real —esto es, ajustado por inflación— se encuentra por debajo de su nivel de equilibrio. Esta desalineación reduce la competitividad de los bienes argentinos frente a los brasileños y favorece una creciente sustitución de producción nacional por bienes importados, en particular del socio regional más relevante.

El aumento del déficit bilateral constituye un indicio más de las dificultades que enfrenta el sector externo argentino para sostener niveles de superávit que garanticen estabilidad cambiaria sin recurrir a restricciones comerciales. La apreciación del peso en términos reales tiende a ser funcional a la desinflación de corto plazo, pero erosiona la capacidad exportadora del país y alienta importaciones que presionan sobre las reservas.

Argentina, tercer destino de exportación brasileña

Según los datos oficiales, Argentina se ubicó en el cuarto lugar entre los principales proveedores de Brasil, detrás de China (incluyendo Hong Kong y Macao), Estados Unidos y Alemania. En sentido inverso, fue el tercer destino de las exportaciones brasileñas, detrás de China y Estados Unidos.

Brasil, por su parte, mantuvo en junio un saldo comercial global positivo de US$ 5.889 millones, con exportaciones que alcanzaron los US$ 29.146 millones e importaciones por US$ 23.257 millones. El comercio exterior brasileño mantuvo así su superávit por cuarto mes consecutivo.

El desequilibrio en la relación comercial entre ambos países no es nuevo, pero su ampliación reciente merece ser leída a la luz de las condiciones macroeconómicas actuales. En particular, la política cambiaria argentina —caracterizada por una tasa de crawling peg por debajo de la inflación y la apreciación de la moneda en términos reales— plantea desafíos adicionales para una economía que necesita generar divisas genuinas sin depender del endeudamiento ni del cepo.

La tendencia observada en junio refuerza la necesidad de revisar los incentivos relativos al comercio exterior y de adecuar la política cambiaria a un esquema que permita sostener el superávit comercial sin sacrificar la estabilidad macroeconómica.

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