Después de la primera jornada del World Forum, los más agudos analistas hincaron el diente en las zonas más sensibles. ¿Son estos los últimos brillos o habrá una lenta decadencia? La cuestión planteada es que todo lo que representa Davos y sus asiduos concurrentes, es un sistema de ideas y valores que parece estar perdiendo terreno de modo acelerado.
La impresión de algunos observadores –desde siempre- es que se trata de un club de ricos y poderosos que dice ser el respaldo del orden liberal internacional y de la globalidad. Orden cuyos valores son apertura económica, instituciones multilaterales, cooperación en seguridad y adhesión a los valores democráticos.
Esta teoría se ha visto acentuada por la hasta ahora previsible actitud del presidente de Estados Unidos, que ha replegado a su país del comercio internacional, hacia el proteccionismo y contra la integración económica.
Pero tal vez –advierten- Trump no es la causa sino el síntoma de lo que está pasando y pensando buena parte del planeta.
De cualquier modo, en la segunda jornada el plato fuerte es la activa intervención de la Canciller alemana, Ãngela Merkel, y el esperado discurso de Emanuel Macron, presidente de Francia.
También abunda el debate de ideas diferentes. Por ejemplo: “¿El futuro será humano?”. Una manera de inspirar a un mundo crecientemente dividido por diferencias ideológicas.
En los pasillos de la sede del World Forum ya se advirtió la presencia de funcionarios estadounidenses llegados antes que Trump: el secretario del Tesoro, Steve Mnuchin, y el responsable de Seguridad Interna, Kirstjen Nielsen.
Una conferencia que tendrá gran asistencia será la que pronunciará “el cerebro de la política económica china”, Liu He, sobre los inconvenientes de sistemas pro capitalistas.
En la primera jornada, la del martes, además de la intensidad con que se escucharon charlas referidas a la cuestión femenina, el Primer Ministro de la India, enfatizó en torno a la solidaridad global y fustigó a quienes se resisten a actuar en torno al cambio de clima y sus tremendas consecuencias.
En las conferencias sobre tecnología, quedó en claro que la sensación dominantes es que se avecina una etapa de estrictas regulaciones.