Las energéticas advierten sobre posibles apagones

El gerente general de Edesur, José María Hidalgo, advirtió que esa empresa está a punto de "entrar en una zona de desabastecimiento" que provocará apagones en toda el área de concesión.

20 octubre, 2003

Por su lado, el director general de Electricité de France
(propietaria de Edenor) Gerard Creuzet, alertó que sin ajuste
tarifario el servicio eléctrico corre peligro, por falta de
inversiones.

Hidalgo expresó: “Llevamos un retraso de cuatro años. Sin
inversiones no habrá oferta. La red de transporte eléctrico
nacional está llegando al límite de su capacidad”.

En un reportaje que concedió al diario español El País, y que
repercutió rápidamente aquí, Hidalgo señaló que con el Gobierno
del ex presidente Eduardo Duhalde “hemos estado sometidos a una
durísima presión”, mientras que del presidente Néstor Kirchner
“soportamos acusaciones injustas”.

“Siempre dijeron, por ejemplo, que nos quedamos con las joyas
de la abuela, pero no eran ni joyas ni de la abuela. Tras la
privatización eléctrica se han hecho importantes inversiones para
mejorar la calidad”, señaló el titular de Edesur, concesionaria
que maneja la española Endesa.

Según señaló Hidalgo, “a este Gobierno ya le advertimos que va
a haber problemas (con el suministro eléctrico) durante el verano
próximo, y por eso digo que deben hacer algo” para eviarlo.

“Simplemente, esto es una llamada de atención al Gobierno sobre
un hecho -en referencia a los eventuales apagones- que tiene
muchas probabilidades de que se produzca. Y por eso el Gobierno no
lo debería obviar diciéndole a la opinión pública que si vuelve a
haber un corte las multas van a ser terribles”, resaltó.

En ese sentido, dijo: “lo que llama la atención es que la parte
técnica del Gobierno, la Secretaría de Energía, comprende
perfectamente la situación, pero no toma decisiones”.

Hidalgo precisó además que el sistema eléctrico nacional
necesita inversiones de 500 millones de dólares anuales, pero
recordó que desde 1998 sólo se hacen tareas de mantenimiento.

El ejecutivo vaticinó que Edesur logrará este año ingresos por
600 millones de pesos, que le dejan un resultado positivo de 13
millones de la misma moneda.

“Eso no es rentabilidad. La pesificación ha provocado tarifas
ridículas para la energía, pero los precios del aceite, la leche y
los alimentos de la canasta básica para las franjas más pobres de
la sociedad han aumentado al doble”, se quejó.

También subrayó que de los contratos “no hay nada que objetar”,
aunque propuso “adaptar algunas exigencias porque con las tarifas
más baratas del mundo, los requerimientos de calidad son aquí más
elevados que en Europa”.

Hidalgo defendió la necesidad de contar con una tarifa social,
al sostener que “creemos que deben pagar más los grandes
consumidores. No hablamos ni de porcentajes ni de límites,
hablamos de darle la tarifa social a quien realmente la
necesite”.

En tanto, Gerard Creuzet, de Edenor, manifestó: “no queremos
estrangular al pueblo argentino pidiendo un aumento excesivo de
tarifas”.

“Pero queremos cierto equilibrio: si no invertimos, la red se
verá debilitada y puede haber problemas operativos en el futuro”,
agregó el ejecutivo francés, en declaraciones periodísticas que
formuló en París.

Según Creuzet, “no pretendemos que Argentina sea una vaca
lechera de nuestra compañía. Ya hicimos las inversiones. Ahora
esperamos una respuesta” del Gobierno.

“La empresa cumplió hasta ahora con la prestación de un
servicio adecuado. Pero la falta de una recomposición tarifaria
hace muy difícil la continuidad de la prestación en las mejores
condiciones”, subrayó el empresario.

Por su lado, el director general de Electricité de France
(propietaria de Edenor) Gerard Creuzet, alertó que sin ajuste
tarifario el servicio eléctrico corre peligro, por falta de
inversiones.

Hidalgo expresó: “Llevamos un retraso de cuatro años. Sin
inversiones no habrá oferta. La red de transporte eléctrico
nacional está llegando al límite de su capacidad”.

En un reportaje que concedió al diario español El País, y que
repercutió rápidamente aquí, Hidalgo señaló que con el Gobierno
del ex presidente Eduardo Duhalde “hemos estado sometidos a una
durísima presión”, mientras que del presidente Néstor Kirchner
“soportamos acusaciones injustas”.

“Siempre dijeron, por ejemplo, que nos quedamos con las joyas
de la abuela, pero no eran ni joyas ni de la abuela. Tras la
privatización eléctrica se han hecho importantes inversiones para
mejorar la calidad”, señaló el titular de Edesur, concesionaria
que maneja la española Endesa.

Según señaló Hidalgo, “a este Gobierno ya le advertimos que va
a haber problemas (con el suministro eléctrico) durante el verano
próximo, y por eso digo que deben hacer algo” para eviarlo.

“Simplemente, esto es una llamada de atención al Gobierno sobre
un hecho -en referencia a los eventuales apagones- que tiene
muchas probabilidades de que se produzca. Y por eso el Gobierno no
lo debería obviar diciéndole a la opinión pública que si vuelve a
haber un corte las multas van a ser terribles”, resaltó.

En ese sentido, dijo: “lo que llama la atención es que la parte
técnica del Gobierno, la Secretaría de Energía, comprende
perfectamente la situación, pero no toma decisiones”.

Hidalgo precisó además que el sistema eléctrico nacional
necesita inversiones de 500 millones de dólares anuales, pero
recordó que desde 1998 sólo se hacen tareas de mantenimiento.

El ejecutivo vaticinó que Edesur logrará este año ingresos por
600 millones de pesos, que le dejan un resultado positivo de 13
millones de la misma moneda.

“Eso no es rentabilidad. La pesificación ha provocado tarifas
ridículas para la energía, pero los precios del aceite, la leche y
los alimentos de la canasta básica para las franjas más pobres de
la sociedad han aumentado al doble”, se quejó.

También subrayó que de los contratos “no hay nada que objetar”,
aunque propuso “adaptar algunas exigencias porque con las tarifas
más baratas del mundo, los requerimientos de calidad son aquí más
elevados que en Europa”.

Hidalgo defendió la necesidad de contar con una tarifa social,
al sostener que “creemos que deben pagar más los grandes
consumidores. No hablamos ni de porcentajes ni de límites,
hablamos de darle la tarifa social a quien realmente la
necesite”.

En tanto, Gerard Creuzet, de Edenor, manifestó: “no queremos
estrangular al pueblo argentino pidiendo un aumento excesivo de
tarifas”.

“Pero queremos cierto equilibrio: si no invertimos, la red se
verá debilitada y puede haber problemas operativos en el futuro”,
agregó el ejecutivo francés, en declaraciones periodísticas que
formuló en París.

Según Creuzet, “no pretendemos que Argentina sea una vaca
lechera de nuestra compañía. Ya hicimos las inversiones. Ahora
esperamos una respuesta” del Gobierno.

“La empresa cumplió hasta ahora con la prestación de un
servicio adecuado. Pero la falta de una recomposición tarifaria
hace muy difícil la continuidad de la prestación en las mejores
condiciones”, subrayó el empresario.

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