La carrera por comprar títulos de deuda que dominó la primera parte del año contribuyó a tentar a los países tomadores de préstamos que emitieron deuda via bancos que se hicieron cargo de por sumas superiores a US$ 6.600 billones(recuérdese que un billón en español es un millón de millones), según datos aportados por Dealogic. Esa cifra fue superior al anterior récord anual alcanzado en 2006.
Las empresas tomaron más de la mitad de los US$ 6.600 millones de deuda emitida. ¿Por qué? Porque las políticas de tasas de interés negativo adoptadas por el Banco Central Europeo y el Banco de Japón, y también la cautelosa Reserva Federal, alentaron al mundo empresarial a aumentar su activos.
La venta de títulos de empresas trepó 8% interanual a US$ 3.600 billones, liderada por acuerdos por más de US$ 10.000 millones para financiar grandes fusiones y adquisiciones.
La deuda restante incluía títulos de deuda soberana vendidos a través de bancos sindicalizados, agencias internacionales estadounidenses, títulos respaldados por hipotecas y títulos cubiertos. Las cifras excluyen deuda soberana vendida en remates ordinarios.
Cuando el rendimiento de los títulos del gobierno norteamericano tocó su nivel más bajo en julio de este año, la perspectiva de que Trump redujera los impuestos e inyectara estímulos estatales aceleró el ascenso de las tasas de interés que algunos deudores temen harán más pesada la carga de la deuda en 2017.
“El bajo costo del financiamiento con tasas de interés muy bajas aumentó la tentación de apalancar inversiones,” dijo Scott Mather, director financiero de Pimco. “Esto ocurre cada ciclo económico, pero lo que hace diferente a éste es el incentivo de emitir deuda a interés muy bajo. Eso siembra la semilla para otra crisis de crédito.”