<p>La primera patología socava principios históricos. “Por siglos, los banqueros han obtenido dinero de buena fe y lo han colocados asumiendo riesgos. Hoy, en cambio, nuevas técnicas apoyadas en instrumentos derivativos permiten recaudar transfiriendo esos riesgos a terceros e inflando ganancias”.<br />
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Como observa Tremonti, “existe una vasta literatura, sobre todo de origen indio, según la cual derivativos y sus contratos derivados son un hallazgo de proyecciones sociales”. Inclusive se desecha una vieja práctica (prestar en tiempos prósperos y no hacerlo en los difíciles) y “se hace al revés: las deudas generan más deudas. Los banqueros cultivan el arte de vivir endeudados”. Los menos escrupulosos acaban como Bernard Maddoff.<br />
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La segunda patología “consiste en desarrollar actividades fuera de jurisdicción, en lo que se llama ‘nuevo capitalismo’, atribuido a la desregulación de los mercados. Pero eso explica sólo el caso norteamericano, donde se votaron normas antirregulatorias en 1995, 1997, 1999 y 2000”. No obstante, el desmadre se repitió en la muy regulada Eurozona. La clave es otra: ya en 1982, James Tobin advertía que los mercados especulativos operaban evadiendo la jurisdicción de los bancos centrales.<br />
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La tercera patología definida por Tremonti reside en desbordar “el capitalismo basado en controles jurisdiccionales, administrativos y técnicos. La parte más rica del mercado, originada en las sociedades anónimas, se pasó a fondos de cobertura (derivados), fondos dedicados a compras apalancadas, etc.” Esta tendencia desemboca en la cuarta patología: trastrocar las bases mismas del sistema.<br />
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Vale decir, “el concepto de contabilidad a dos columnas (Luca Pacioli, 1445/1510), que distingue entre cuenta patrimonial y cuenta económica. Ninguna de ambas existe sin la otra. Pero el nuevo capitalismo abandona la columna patrimonial y se centra en la económica, en una transgresión política y moral”.<br />
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Precisamente, ello explica por qué Timothy Geithner (secretario de hacienda estadounidense) arma otro rescate de activos tóxicos –derivados, en general-, ahora por dos billones de dólares. Un monto 153% superior al plan de estímulos para la economía física (US$ 789.000 millones).</p>
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Las cuatro patologías de mercado y el plan Obama
“El capitalismo vive una fase degenerativa” y crea severos problemas al presidente de Estados Unidos y quienes lo emulen. Se manifiesta en cuatro patologías”, sostiene Giulio Tremonti, ministro italiano de economía y crítico de Silvio Berlusconi.