Las calificadoras atacan ahora a Estados Unidos

<p>Una sugestiva declaraci&oacute;n de Wolfgang Sch&auml;uble, ministro alem&aacute;n de hacienda, trata<br />
de condicionar ese encuentro para &ldquo;defender la moneda com&uacute;n&rdquo;. La definici&oacute;n proviene<br />
del luxemburgu&eacute;s Jean-Claude Juncker, actual presidente del Eurogrupo &iquest;Qu&eacute; suced&iacute;a?<br />
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Sencillamente, que Grecia anunci&oacute; un pedido de auxilio por &euro; 110.000 millones y lo fij&oacute;<br />
para el 15 de septiembre. Obviamente, los &euro; 110.000 millones aprobados en mayo de<br />
2010 se esfumaron y el segundo rescate inicial (&euro; 60.000 millones) no habr&iacute;a bastado.<br />
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En ese contexto, el presidente del consejo de la Uni&oacute;n Europea, Herman van Rompuy,<br />
busca superar las objeciones de Alemania y Finlandia. Tambi&eacute;n est&aacute; claro que Berl&iacute;n<br />
intenta aventar temores sobre Roma y centrarse en Atenas. Pero el trasfondo no ha<br />
cambiado: la &ldquo;supercumbre&rdquo; Eurogrupo-Ecofin tratar&aacute; de evitar &ndash;entregando un pe&oacute;n-<br />
que la crisis griega se contagie a Portugal, Espa&ntilde;a e Italia.<br />
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Los movimientos especulativos en Londres, Amsterdam, Nueva York, Singapur y<br />
Estocolmo confirman un escenario donde Moody&rsquo;s, Standard &amp; Poor&rsquo;s y Fitch Ratings<br />
juegan abiertamente contra varias econom&iacute;as occidentales. En particular, EE.UU.,<br />
agobiado por trabas legislativas para elevar el tope del endeudamiento, US$ 14,3<br />
billones hasta el 2 de agosto. Si las cosas empeoran, analistas de Hong Kong y Singapur<br />
no descartan contactos secretos entre Washington y Beijing, su principal acreedor.<br />
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Entretanto, la &uacute;ltima cita Eurogrupo-Ecofin fue un parcial fracaso. Los veintis&eacute;is<br />
ministros (el griego no participa) no lograron un compromiso en favor de nuevas<br />
medidas para resistir el peligro de contagio. La idea era reforzar los alcances del futuro<br />
fondo para emergencias, alargar los vencimientos de cr&eacute;ditos y disminuir las tasas. El<br />
segundo punto se relaciona con la propuesta francoalemana de involucrar a un grupo de<br />
bancos privados en el salvamento griego y ulteriores.<br />
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Resulta arduo conciliar posiciones. Alemania, Finlandia y Austria pretenden<br />
desembolsar apenas &euro; 30.000 millones de los 110.000 millones en juego. Holanda y<br />
Suecia prefieren &ldquo;un previo cese de pagos selectivo&rdquo;, casi en el estilo turco de 1998. Por<br />
supuesto, el Banco Central Europeo se opone terminantemente.<br />
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