Lagos: “Ningún país se hace sin asumir su pasado”

El presidente de Chile se refirió así al golpe militar que hace hoy treinta años derrocó al gobierno de Salvador Allende, al tiempo que destacó el consenso logrado por los partidos políticos de esa Nación para superar tan traumática experiencia.

11 septiembre, 2003

Lagos subrayó que “Chile ha pasado de ser un país polarizado a
un país de grandes consensos, un país que se abre paso en medio de
los nuevos desafíos del mundo global”, pero señaló que “ningún
país se hace sin asumir su pasado. No hay mañana sin ayer”.

“En esta fecha, los chilenos hemos vuelto la mirada como nunca
antes para encontrarnos con la verdad, para ver lo que no habíamos
visto, para escuchar lo que antes era murmullo, para leer la
palabra antes negada. Y de todo el mundo ahora han llegado a
vernos, para saber cómo somos 30 años después”, dijo el presidente
trasandino en un artículo de opinión que lleva su firma y fue
publicado hoy por un matutino porteño.

Añadió que “hoy todos los chilenos dicen: ´Nunca más´. Es un
nunca más surgido de una reflexión profunda, de encarar el pasado
con valentía, sabiendo que será la historia la encargada de dar
una o más interpretaciones a los hechos de aquel tiempo. Un nunca
más sustentado en el compromiso permanente con la democracia como
el cauce para superar las tensiones y un nunca más de respeto
profundo a los derechos humanos”.

Lagos consideró que el impacto mundial que tuvo ese golpe
militar se produjo “tal vez porque Allende encarnó los sueños de
una generación cuando pretendió llevar adelante un hecho inédito:
avanzar hacia el socialismo por la vía electoral y las
instituciones republicanas”.

Afirmó que “eran tiempos de Guerra Fría, de un mundo dividido
bajo distintos ejes internacionales. Y las palabras también
estaban cargadas de connotaciones, por lo cual decir justicia
social, anticolonialismo o recursos básicos convocaba de inmediato
a etiquetas absolutas”.

Lagos advirtió luego que “no hay país posible cuando los sueños
se desbordan, la polarización extrema las diferencias y la
autoridad no gobierna. Tras el 11 de septiembre quedaron los
errores, pero luego vinieron los horrores”.

“Fue entonces -puntualizó- cuando la solidaridad de tantos en
todos los continentes nos dio refugio, oportunidad de sanar las
heridas y de pensar en el futuro. Nunca lo terminaremos de
agradecer”.

Indicó a continuación que “hoy vivimos en otro Chile. Los
primeros que supimos reencontrarnos fuimos los partidos de la
Concertación por la Democracia. Los adversarios de ayer dijimos
basta. Nos unimos y hace quince años dijimos NO a la dictadura”.
Aseguró que “hoy las Fuerzas Armadas están plenamente
integradas a la democracia. Es por eso que hoy podemos mirar con
otros ojos aquella historia de hace tres décadas”.

“Trabajamos de manera moderna para tener un país con más
equidad y cohesión. Los chilenos saben que su destino se juega
ahora en todas las geografías. Más del 60 por ciento de nuestro
PBI es resultado del comercio internacional. Y por eso, el mundo
que queremos es aquel donde la globalidad se convierta en
oportunidad para todos, donde la comunidad internacional
otorgue a las decisiones multilaterales un protagonismo
principal”, dijo.

“Desde aquel 11 de septiembre en Chile se inició una toma de
conciencia universal sobre los derechos humanos como no se había
visto antes. El otro 11 de septiembre, en 2001, puso en marcha una
nueva conciencia sobre la dimensión del terrorismo como tema
contra toda la humanidad. Es desde el fondo de esas tragedias de
donde hemos emergido mirando hacia el futuro con la convicción de
que las intolerancias y las polarizaciones no dan respuestas
éticas ni políticas a las necesidades de la gente”, concluyó.

Lagos subrayó que “Chile ha pasado de ser un país polarizado a
un país de grandes consensos, un país que se abre paso en medio de
los nuevos desafíos del mundo global”, pero señaló que “ningún
país se hace sin asumir su pasado. No hay mañana sin ayer”.

“En esta fecha, los chilenos hemos vuelto la mirada como nunca
antes para encontrarnos con la verdad, para ver lo que no habíamos
visto, para escuchar lo que antes era murmullo, para leer la
palabra antes negada. Y de todo el mundo ahora han llegado a
vernos, para saber cómo somos 30 años después”, dijo el presidente
trasandino en un artículo de opinión que lleva su firma y fue
publicado hoy por un matutino porteño.

Añadió que “hoy todos los chilenos dicen: ´Nunca más´. Es un
nunca más surgido de una reflexión profunda, de encarar el pasado
con valentía, sabiendo que será la historia la encargada de dar
una o más interpretaciones a los hechos de aquel tiempo. Un nunca
más sustentado en el compromiso permanente con la democracia como
el cauce para superar las tensiones y un nunca más de respeto
profundo a los derechos humanos”.

Lagos consideró que el impacto mundial que tuvo ese golpe
militar se produjo “tal vez porque Allende encarnó los sueños de
una generación cuando pretendió llevar adelante un hecho inédito:
avanzar hacia el socialismo por la vía electoral y las
instituciones republicanas”.

Afirmó que “eran tiempos de Guerra Fría, de un mundo dividido
bajo distintos ejes internacionales. Y las palabras también
estaban cargadas de connotaciones, por lo cual decir justicia
social, anticolonialismo o recursos básicos convocaba de inmediato
a etiquetas absolutas”.

Lagos advirtió luego que “no hay país posible cuando los sueños
se desbordan, la polarización extrema las diferencias y la
autoridad no gobierna. Tras el 11 de septiembre quedaron los
errores, pero luego vinieron los horrores”.

“Fue entonces -puntualizó- cuando la solidaridad de tantos en
todos los continentes nos dio refugio, oportunidad de sanar las
heridas y de pensar en el futuro. Nunca lo terminaremos de
agradecer”.

Indicó a continuación que “hoy vivimos en otro Chile. Los
primeros que supimos reencontrarnos fuimos los partidos de la
Concertación por la Democracia. Los adversarios de ayer dijimos
basta. Nos unimos y hace quince años dijimos NO a la dictadura”.
Aseguró que “hoy las Fuerzas Armadas están plenamente
integradas a la democracia. Es por eso que hoy podemos mirar con
otros ojos aquella historia de hace tres décadas”.

“Trabajamos de manera moderna para tener un país con más
equidad y cohesión. Los chilenos saben que su destino se juega
ahora en todas las geografías. Más del 60 por ciento de nuestro
PBI es resultado del comercio internacional. Y por eso, el mundo
que queremos es aquel donde la globalidad se convierta en
oportunidad para todos, donde la comunidad internacional
otorgue a las decisiones multilaterales un protagonismo
principal”, dijo.

“Desde aquel 11 de septiembre en Chile se inició una toma de
conciencia universal sobre los derechos humanos como no se había
visto antes. El otro 11 de septiembre, en 2001, puso en marcha una
nueva conciencia sobre la dimensión del terrorismo como tema
contra toda la humanidad. Es desde el fondo de esas tragedias de
donde hemos emergido mirando hacia el futuro con la convicción de
que las intolerancias y las polarizaciones no dan respuestas
éticas ni políticas a las necesidades de la gente”, concluyó.

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