La vaca loca afecta al Mercosur
Chile no quiere dejar entrar carne de Brasil. Esta medida ya había sido tomada por Canadá, México y EE.UU. La Argentina, en cambio, propone una estrategia regional. Según la ONU nuestro país estaría libre del mal.
8 febrero, 2001
El denominado mal de la vaca loca ha comenzado a perjudicar, no sólo el intercambio comercial sino las relaciones entre los miembros del Mercosur y sus asociados.
El gobierno chileno estudia la posibilidad de prohibir el ingreso de carne procedente de Brasil para resguardar al país de un eventual contagio del mal; una medida similar fue aplicada ,recientemente, por Canadá, Estados Unidos y México.
La Argentina, en cambio, está manteniendo reuniones con las autoridades sanitarias brasileñas y subrayó la “necesidad de acordar una estrategia común en la región”, según indicó un comunicado del Senasa.
El organismo subrayó que los países del Mercosur, “por sus características geográficas y modo de producción, no presentan riesgo de encefalopatía espongiforme bovina”, pero por otra parte aseguró que Brasil se comprometió a enviar más información sobre la detección de casos de scrapie (enfermedad que ataca a las ovejas y que desencadenó el “mal de la vaca loca”) en el país vecino.
Para llevar un poco de tranquilidad a los consumidores, el Senasa aclaró que la Argentina no importa carne desde Brasil.
Desde Chile, la Corporación Nacional de Consumidores y Usuarios denunció que algunos supermercados del país vendían productos contagiados con el “mal de la vaca loca”; los técnicos del organismo aseveraron que “todos los quesos de procedencia francesa y española además de los embutidos, y todo producto animal que ha llegado de Europa puede traer el contagio”.
Chile mantiene prohibido ,desde 1990, el ingreso de animales, productos y subproductos bovinos de riesgo provenientes de países con encefalopatía espongiforme bovina, como bovinos vivos, carne fresca, alimentos para mascotas con harina de carne y hueso.
Por su parte, Naciones Unidas informó ayer (miércoles 7) que, al menos, 100 países están amenazados por el mal de la vaca loca y opinó que es “poco probable” que el agente que causa dicha enfermedad esté presente en la Argentina, Chile y Paraguay.
El denominado mal de la vaca loca ha comenzado a perjudicar, no sólo el intercambio comercial sino las relaciones entre los miembros del Mercosur y sus asociados.
El gobierno chileno estudia la posibilidad de prohibir el ingreso de carne procedente de Brasil para resguardar al país de un eventual contagio del mal; una medida similar fue aplicada ,recientemente, por Canadá, Estados Unidos y México.
La Argentina, en cambio, está manteniendo reuniones con las autoridades sanitarias brasileñas y subrayó la “necesidad de acordar una estrategia común en la región”, según indicó un comunicado del Senasa.
El organismo subrayó que los países del Mercosur, “por sus características geográficas y modo de producción, no presentan riesgo de encefalopatía espongiforme bovina”, pero por otra parte aseguró que Brasil se comprometió a enviar más información sobre la detección de casos de scrapie (enfermedad que ataca a las ovejas y que desencadenó el “mal de la vaca loca”) en el país vecino.
Para llevar un poco de tranquilidad a los consumidores, el Senasa aclaró que la Argentina no importa carne desde Brasil.
Desde Chile, la Corporación Nacional de Consumidores y Usuarios denunció que algunos supermercados del país vendían productos contagiados con el “mal de la vaca loca”; los técnicos del organismo aseveraron que “todos los quesos de procedencia francesa y española además de los embutidos, y todo producto animal que ha llegado de Europa puede traer el contagio”.
Chile mantiene prohibido ,desde 1990, el ingreso de animales, productos y subproductos bovinos de riesgo provenientes de países con encefalopatía espongiforme bovina, como bovinos vivos, carne fresca, alimentos para mascotas con harina de carne y hueso.
Por su parte, Naciones Unidas informó ayer (miércoles 7) que, al menos, 100 países están amenazados por el mal de la vaca loca y opinó que es “poco probable” que el agente que causa dicha enfermedad esté presente en la Argentina, Chile y Paraguay.