El terremoto que se produjo hace dos días en Turquía ya provocó la muerte de unas 4.000 personas y heridas a otras 17.000 según los datos suministrados anoche. Sin embargo, los equipos de rescate seguían su búsqueda y a cada paso encontraban más cadáveres bajo los escombros. Las autoridades temen ahora que se produzca un brote de epidemias debido al cálido clima que impera en estos días y a raíz de la falta de espacio para enterrar los cuerpos de las víctimas. En la ciudad industrial de Golcuk, se cree que unas 10.000 personas siguen atrapadas debajo de los pedazos de mamposterías y restos de edificios derrumbados. Además, el incendio de una de las mayores refinerías de petróleo del país seguía anoche fuera de control y amenazaba con extenderse. Por otro lado, en California, Estados Unidos, crece el temor a un gran terremoto como consecuencia del que sacudió el martes a Turquía, de 7,8 grados en la escala de Richter. Los geólogos calculan que un sismo de la magnitud del de Turquía, o todavía mayor, se acerca irremediablemente, aunque nadie puede decir cuándo.
(La Nación, Clarín)
El terremoto que se produjo hace dos días en Turquía ya provocó la muerte de unas 4.000 personas y heridas a otras 17.000 según los datos suministrados anoche. Sin embargo, los equipos de rescate seguían su búsqueda y a cada paso encontraban más cadáveres bajo los escombros. Las autoridades temen ahora que se produzca un brote de epidemias debido al cálido clima que impera en estos días y a raíz de la falta de espacio para enterrar los cuerpos de las víctimas. En la ciudad industrial de Golcuk, se cree que unas 10.000 personas siguen atrapadas debajo de los pedazos de mamposterías y restos de edificios derrumbados. Además, el incendio de una de las mayores refinerías de petróleo del país seguía anoche fuera de control y amenazaba con extenderse. Por otro lado, en California, Estados Unidos, crece el temor a un gran terremoto como consecuencia del que sacudió el martes a Turquía, de 7,8 grados en la escala de Richter. Los geólogos calculan que un sismo de la magnitud del de Turquía, o todavía mayor, se acerca irremediablemente, aunque nadie puede decir cuándo.
(La Nación, Clarín)