La situación del petróleo (III)

El crecimiento de la demanda ejerce una gran presión sobre las reservas. El aumento en la producción no puede hacer que los precios bajen.

27 septiembre, 2000

Por Daniel Carranza

Existen factores específicos que influencian en forma directa el mercado de hidrocarburos.

Como fue mencionado, el petróleo es un commodity de demanda rígida cuyo precio depende de la oferta, que a su vez esta vinculada a factores políticos y de condiciones económicas internacionales.

El consumo actual de petróleo, estimado en 77 millones de barriles diarios, esta aumentando consistentemente 2% por año, es decir, el doble de la producción argentina diaria de 0,8 millones de barriles.

Este crecimiento pone una gran presión sobre las reservas.

El panorama dentro del contexto descripto presenta a los productores fuera de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), en Estados Unidos y el mar del Norte, explotando campos maduros con escasa capacidad de aumentar su producción, y sin ningún descubrimiento de importancia en los últimos 20 años. Estos campos fueron utilizados en la década del ‘80 para romper el monopolio de la OPEP y fueron explotados con intensidad, en este momento están en declinación.

Rusia, el otro gran productor de petróleo y gas, con 7,6 millones de barriles diarios (que no pertenece a la OPEP) tiene mas simpatía por la posición de la OPEP, que por mantener los precios del petróleo bajos.

En este momento existen conversaciones para que Rusia ingrese en la OPEP, lo que incorporaría al grupo a un país con capacidad militar autónoma.

Las altas tasas reales de interés han incrementado el endeudamiento de todos los países petroleros. El endeudamiento de los estados ricos en petróleo fue utilizado para promover el clientelismo político o para acciones bélicas, y no para la inversión productiva en los países petroleros. Por lo tanto, el endeudamiento se constituyo en una pesada carga económica.

Otra gran parte de ese flujo de fondos fue reciclado hacia la especulación bursátil en Wall Street. En el listado de los países con dificultades en sus presupuestos se incluyen a todos los países que son importantes exportadores petroleros: Arabia Saudita, Nigeria, Indonesia, Venezuela, Méjico, Irán, Libia, Irak, Argelia y Ecuador.

Arabia Saudita es el país clave por su capacidad teórica de aumentar prácticamente de un día para otro su producción en 3 millones de barriles por día. Fue endeudado en mas de US$ 150.000 millones para sostener primero a Irak en su guerra con Irán, y luego a Estados Unidos en la guerra del Golfo Pérsico.

Arabia Saudita, el gran financiador de la fe islámica, tiene crecientes demandas sociales internas que requieren ingresos también crecientes que sólo pueden surgir del precio del petróleo.

La tensión existente entre Arabia Saudita e Irán ha disminuido a medida que los sectores clericales moderados de Irán afirmaron su poder en el país, favoreciendo acuerdos de precios entre los dos principales productores de la OPEP.

Como consecuencia del cambio político ocurrido, Venezuela comenzó a respetar las cuotas establecidas de producción.
Existen, por otra parte, indicios de que los países del Cercano Oriente tengan dificultades en aumentar substancialmente la producción petrolera a corto plazo.

Los campos de Arabia Saudita tienen problemas de inundación y son forzados a una mayor producción. Esto ya ocurrió cuando Arabia Saudita decidió bombear 9 millones de barriles diarios para aumentar su participación en el mercado.

Los campos de Irán tienen problemas de expansión del casquete de gas en la formación.

Los campos de Kuwait, incluido el gigante Burgan, aún no se recuperaron de los daños de la guerra del Golfo.

En principio, sólo en Iraq existe capacidad ociosa substancial incuestionable de producción.

Por Daniel Carranza

Existen factores específicos que influencian en forma directa el mercado de hidrocarburos.

Como fue mencionado, el petróleo es un commodity de demanda rígida cuyo precio depende de la oferta, que a su vez esta vinculada a factores políticos y de condiciones económicas internacionales.

El consumo actual de petróleo, estimado en 77 millones de barriles diarios, esta aumentando consistentemente 2% por año, es decir, el doble de la producción argentina diaria de 0,8 millones de barriles.

Este crecimiento pone una gran presión sobre las reservas.

El panorama dentro del contexto descripto presenta a los productores fuera de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), en Estados Unidos y el mar del Norte, explotando campos maduros con escasa capacidad de aumentar su producción, y sin ningún descubrimiento de importancia en los últimos 20 años. Estos campos fueron utilizados en la década del ‘80 para romper el monopolio de la OPEP y fueron explotados con intensidad, en este momento están en declinación.

Rusia, el otro gran productor de petróleo y gas, con 7,6 millones de barriles diarios (que no pertenece a la OPEP) tiene mas simpatía por la posición de la OPEP, que por mantener los precios del petróleo bajos.

En este momento existen conversaciones para que Rusia ingrese en la OPEP, lo que incorporaría al grupo a un país con capacidad militar autónoma.

Las altas tasas reales de interés han incrementado el endeudamiento de todos los países petroleros. El endeudamiento de los estados ricos en petróleo fue utilizado para promover el clientelismo político o para acciones bélicas, y no para la inversión productiva en los países petroleros. Por lo tanto, el endeudamiento se constituyo en una pesada carga económica.

Otra gran parte de ese flujo de fondos fue reciclado hacia la especulación bursátil en Wall Street. En el listado de los países con dificultades en sus presupuestos se incluyen a todos los países que son importantes exportadores petroleros: Arabia Saudita, Nigeria, Indonesia, Venezuela, Méjico, Irán, Libia, Irak, Argelia y Ecuador.

Arabia Saudita es el país clave por su capacidad teórica de aumentar prácticamente de un día para otro su producción en 3 millones de barriles por día. Fue endeudado en mas de US$ 150.000 millones para sostener primero a Irak en su guerra con Irán, y luego a Estados Unidos en la guerra del Golfo Pérsico.

Arabia Saudita, el gran financiador de la fe islámica, tiene crecientes demandas sociales internas que requieren ingresos también crecientes que sólo pueden surgir del precio del petróleo.

La tensión existente entre Arabia Saudita e Irán ha disminuido a medida que los sectores clericales moderados de Irán afirmaron su poder en el país, favoreciendo acuerdos de precios entre los dos principales productores de la OPEP.

Como consecuencia del cambio político ocurrido, Venezuela comenzó a respetar las cuotas establecidas de producción.
Existen, por otra parte, indicios de que los países del Cercano Oriente tengan dificultades en aumentar substancialmente la producción petrolera a corto plazo.

Los campos de Arabia Saudita tienen problemas de inundación y son forzados a una mayor producción. Esto ya ocurrió cuando Arabia Saudita decidió bombear 9 millones de barriles diarios para aumentar su participación en el mercado.

Los campos de Irán tienen problemas de expansión del casquete de gas en la formación.

Los campos de Kuwait, incluido el gigante Burgan, aún no se recuperaron de los daños de la guerra del Golfo.

En principio, sólo en Iraq existe capacidad ociosa substancial incuestionable de producción.

Compartir:
Notas Relacionadas

Suscripción Digital

Suscríbase a Mercado y reciba todos los meses la mas completa información sobre Economía, Negocios, Tecnología, Managment y más.

Suscribirse Archivo Ver todos los planes

Newsletter


Reciba todas las novedades de la Revista Mercado en su email.

Reciba todas las novedades