<p>El restablecimiento de la economía, señala el informe de julio del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas, dependerá ahora de la incidencia que ejerzan sobre el flujo de divisas las señales que dé el gobierno en materia de inflación, sosiego del clima político y respeto institucional. </p>
<p>El saldo de este conflicto que advierte la entidad ha sido un escenario monetario con estancamiento de depósitos totales y caída en los depósitos a plazo en el segundo trimestre, que "determinó que el crédito al sector privado creciera sólo 0,4% en junio, en un contexto de aumento significativo de la tasa de interés".</p>
<p>Precisamente, esa contracción al crédito privado fue el punto final del proceso de transformación de salida de capitales, que se dio junto con una suave declinación de los depósitos nominales y un significativo aumento de la tasa de interés: la Badlar (bancos privados) se ubicaba en 17,5 % anual al promediar junio, contra 8,5 % de fin de marzo pasado.</p>
<p>Al analizar algunas de las facetas de los efectos microeconómicos de las turbulencias en ese período, señala el IAEF que "el impacto inicial fue más severo en el interior del país que en el conglomerado urbano bonaerense, y más intenso en los sectores agropecuarios, en sus proveedores industriales y de servicios, así como en la construcción", observándose dificultades en la cadena de pagos y una menor expectativa de siembra en el agro.</p>
<p>Las exportaciones del agro se han visto afectadas, con una caída interanual estimada en 10 % en volumen físico en el bimestre abril-mayo. Pero lo que es peor, quedó resentida la seguridad de la Argentina como fuente de abastecimiento del resto del mundo.</p>
<p>Se observó asimismo un aumento de la incertidumbre que provocó una merma en el gasto privado y la adopción de acciones de protección en términos de postergación de decisiones de compra e inversión, por parte de consumidores y empresas respectivamente.</p>
<p><strong>Reservas en vilo</strong></p>
<p>El parte de IAEF destaca como dato significativo que "en el primer semestre del año 2008, y a diferencia de lo que ocurriera en igual período del año 2007, el crecimiento de las reservas del BCRA dependió exclusivamente del saldo de cuenta corriente, dado que la cuenta de capital habría tenido un comportamiento negativo". La tendencia fue particularmente notable en el segundo trimestre del año, "en que las reservas cayeron en US$ 2.800 millones".</p>
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<p>En ello se basa la conclusión que arriesga: el papel del sector externo, en la generación de liquidez, en un contexto de equilibrio fiscal de caja, es crucial. El comportamiento a seguir para medir esa relación financiera, en las condiciones actuales de precio y tipo de cambio, debe orientarse hacia el sector externo, cuyo aporte tendría que rondar los $ 9.000 millones para que el crecimiento pueda mantenerse en el entorno del 6%-7%.</p>
<p>Este logro exigirá, asimismo, de fuertes compras de dólares junto con una desaceleración de la inflación: con 15 % anual para crecer 5 % anual sin tocar el tipo de cambio se requieren $ 6.900 millones al año, o sea, US$ 3.500 millones en un semestre, advierte el estudio.</p>
<p>Y dado el superávit de cuenta corriente previsto para los próximos doce meses, esto implicaría que la cuenta de capitales sea entre neutra y moderadamente positiva, condiciones que permitirán que el crédito al sector privado recuperare dinamismo.</p>
<p>La percepción de los agentes económicos respecto en el segundo semestre de 2008 influirá fuertemente sobre las condiciones financieras.</p>
<p>En tal sentido, subraya que la sustentabilidad económica del modelo ya no depende sólo de los superávit gemelos, cuenta corriente y fiscal, sino de que la cuenta capital sea como mínimo moderadamente expansiva (por caso el equivalente al 1 % del PIB asociado con inversión directa extranjera) y que la deuda pública permanezca constante en términos nominales para permitir una gradual licuación en términos de PIB.</p>
<p>La lección del segundo semestre del año pasado mostró que, pese a que el superávit de cuenta corriente fue de US$ 4.000 millones, el Banco Central sólo compró US$ 1.400 millones, en un contexto de indicadores de confianza del consumidor más altos que los actuales.</p>
<p>De ahí que el alivio de las tensiones políticas sea un efecto acariciado en la City porque si las turbulencias se repitieran, las restricciones financieras podrían mantenerse en niveles importantes, con consecuencias sobre la actividad, el empleo y las cuentas fiscales. </p>
<p>En particular, "la normalización del flujo de capitales contribuye al fortalecimiento fiscal y a mantener la expansión del empleo, que mostró una desaceleración en el primer trimestre del año", puntualiza el informe.</p>
<p>La tasa de actividad, calculada como porcentaje entre la población económicamente activa y la total urbana -indicadora de la oferta laboral por parte de los trabajadores, se mantuvo relativamente estable en un promedio de 46,1 %, pero con los registros del cuarto trimestre y del primero de 2007 debajo de esa media.</p>
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