<p>Esta última vuelta de tuerca consiste en reconfigurar radicalmente su cartera de valores (asciende a unos US$ 2,6 billones en papeles). En realidad, es otro intento de reducir intereses de largo plazo, acumulando más bonos y más deuda hipotecaria. Así espera que tasas más bajas promuevan inversión y gasto en el deprimido mercado inmobiliario.<br />
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El descenso de tasas se anticipaba, pero la decisión sobre bonos hipotecarios fue una sorpresa. De paso, aumenta las controversias que vienen signando la gestión de Bernanke. <br />
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Esta vez, la reunión del comité de política monetaria fue más tormentosa: tres de los diez directores con derecho a voto se opusieron. Por otra parte, apenas días antes, los líderes parlamentarios republicanos le exigieron por escrito no hacer nada, para no complicar las cosas en el venidero año electoral (y con la imagen de Barack Obama en descenso).<br />
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Sea como fuere, el paquete no parece capaz de reactivar la economía y así lo señala el desbarranque bursátil. A esta altura, Wall Street se pregunta por qué el presidente no desplaza a Bernanke.<br />
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Según el nuevo programa, inspirado en uno de 1961 conocido como “operación twist” (aludía al baile impuesto por Chubby Checker), la RF venderá US$ 400.000 millones en letras de tesorería a tres años y reinvertirá el producido en valores que vencen entre seis y treinta años. <br />
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Además, el banco central tomará los ingresos originados en vencimiento de valores respaldados por hipotecas ¿Para qué? Para recolocarlos en el mismo segmento.<br />
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La Reserva Federal induce el descenso de las tasas
Ben Bernanke, cuya crediblidad sigue en baja, no convence a los mercados con un programa que busca disminuir tasas largas. Pero esta clase de medidas no convencionales se convirtió en su marca registrada, tras un quinquenio de turbulencias.