<p>En apariencia, la Unión Europea avanzó el miércoles hacia un alivio de la eurocrisis vía aumento de algo todavía sin existencia tangible, el Fondo Europeo pro Estabilidad Financiera (FEEF). Pero, como lo señalan inclusive en Washington, quedan muchos detalles que negociar y nadie descarta roces políticos similares a los acaecidos esta semana en Bruselas entre Nicolas Sarkozy, David Cameron y Silvio Berlusconi.<br />
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Tampoco pueden excluirse reacciones adversas de banqueros e inversores. En estos terrenos, Obama –o cualquier otro mandatario- tiene escasas posibilidades de influir en los debates transatlánticos. Aún sin ignorar sus efectos en la economía y la economía de Estados Unidos, detalle que se evidenciará cuando el grupo de los 20 se reúna en Cannes, el 3 y 4 de noviembre. <br />
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“El papel de Obama es inherentemente limitado”, señala Jakob Kirkegaard, del Instituto Peterson de Economía Internacional (Washington DC). “Estos son asuntos internos de la Unión Europea”.Pero una eventual cascada de insolvencias en Grecia, Portugal, Irlanda, España e Italia –apunta Nariman Behravesh, de IHS- generaría pánico y parálisis financiera. Al mismo tiempo, el dólar tornaría a trepar y afectaría las exportaciones norteamericanas”.<br />
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Las debilidades de la Eurozona, desde su estructura hasta la falta de financiamiento bancario, “no han sido apropiadamente encarados en la reciente cumbre, a juzgar por los resultados”. Así afirma Kenneth Rogoff desde Harvard. “Ninguna medida fue decisiva. Lo único sustancial es la obsesión para que Grecia no quede fuera de juego”. <br />
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En este contexto, existe peligro de que la eurocrisis perjudique la economía y, en último término, determine el futuro de Obama. Aun sin ese factor, sus perspectivas electorales no son halagüeñas.</p>
La reelección de Obama dependería de Europa
La suerte de Barack Obama en los comicios de 2012 podría quedar atada a Berlín, Paris y Fráncfort. En efecto, la eurocrisis que Angela Merkel y Nicolas Sarkozy tratan de contener es hoy la amenaza exógena más visible para la economía norteamericana.