<p>Pero fuera de algunos reductos, bares y tabernas se ven desiertas en las ciudades. En Dublin, la gente se ve tan susceptible o malhumorada como en Londres y los diarios rezuman violencia de todo tipo.</p>
<p>Política y económicamente, las similitudes entre Gran Bretaña e Irlanda son inquietantes. Un mismo partido ha ocupado el poder durante doce años. Ambos interludios prósperos fueron presididos por dirigentes libre de ideologías (Anthony Blair, Bertram Ahern). Luego, ex ministros de hacienda igualmente inocuos (Gordon Brown, Brian Cowen) deben recoger los platos rotos y afrontar –quizá- reveses electorales.</p>
<p>Naturalmente, la transición irlandesa es más teatral. Nadie en Londres se hubiese jactado, como Ahern, de que “el auge está en auge”. Hoy, no hay un símbolo de lo contrario peor que una cuadra de Ballsbridge -un barrio de ricos- donde las vidrieras de todos los comercios llevan el mismo cartelito: SOS.</p>
<p>Un magnate de bienes raíces, Sean Dunne, planeaba demoler un amplio sector de Ballbridge para levantar, solía decir, “Una torre en forma de diamante, estilo Dubai”. Esta fantasía terminó de zozobrar la semana pasada, rechazada por la autoridad de planeamiento urbano. Casi al mismo tiempo, el Dubai real apelaba a un rescate financiero por US$ 10.000 millones. </p>
<p>Sin duda, es fácil sospechar que políticos, constructores, banqueros y funcionarios de alto nivel instrumentaron esos años prósperos en su propio beneficio. En la isla verde, todos los influyentes se conocen entre sí. También en Dubai.</p>
<p>“Había una alianza entre el partido Fiana Fáil y el negocio inmobiliario”, sostiene Jane Suiter, analista política. “El gobierno creyó que sus regulaciones blandas permitirían competir mejor. Para Ahern, el sector generaba empleo y le aseguraba votos”.<br />
</p>

¿La prosperidad fue una brisa efímera en Irlanda?
A diferencia de otros (Gran Bretaña, Islandia, Letonia), el auge local fue fruto de una burbuja en la construcción residencial. Ambiciosas torres son la imagen de la nueva Irlanda y, por momentos, parecen haber borrado a la vieja.